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«A todos los que están en el refugio, los quiero. Sigamos esta lucha desde aquí. Por favor, abandonen (la protesta). Vuelvan a casa y abracen a sus familias», solicitó Ammon Bundy en un comunicado facilitado por su abogado Michael Arnold.
Bundy fue arrestado en la tarde del martes en la localidad de Burns, cerca del parque nacional Malheur (estado de Oregón, en el oeste de Estados Unidos), durante un control policial que acabó con la muerte de un activista.
El incidente terminó con otras cuatro personas detenidas, entre ellas el hermano del líder, Ryan Bundy. En otro operativo fueron capturados dos individuos más y un octavo se entregó en el estado de Arizona (oeste). Todos comparecieron el miércoles ante un juez y fueron acusados de conspiración para impedir el trabajo de los oficiales del gobierno estadounidense.
«Esta lucha es nuestra desde ahora en los tribunales», avisó Bundy, quien dio inicio a la protesta el 2 de enero. «Pido al gobierno federal que permita a los que están en el refugio volver a casa sin ser perseguidos por la justicia», agregó. El FBI garantizó horas antes que las personas que permanecen en Malheur pueden irse cuando quieran, pero deberán ser identificadas antes.
Las autoridades exigieron el fin de «la ocupación ilegal» para evitar «un derramamiento de sangre» en la zona, tras el trágico desenlace del martes. «Ha llegado el momento de que todo el mundo que participa en esta ocupación ilegal se vaya», apuntó visiblemente afectado el sheriff del condado de Harney, Dave Ward.
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El portavoz de la milicia, Robert ‘LaVoy’ Finicum, falleció de un disparo cuando las autoridades intentaban detenerle junto a sus compañeros en un control policial. El FBI y los agentes del condado de Harney montaron el operativo al enterarse de que varios activistas iban a dirigirse en coche a una reunión de vecinos. Esta muerte «no tendría que haber ocurrido», dijo el sheriff.
«Seguiremos buscando métodos seguros y pacíficos para poner fin a esto», aseguró por su lado el agente especial del FBI Greg Bretzing.
– El origen del problema –
El problema en Malheur estalló cuando unos rancheros y ex militares de distintos estados formaron una pequeña milicia en apoyo a dos granjeros, sentenciados a cinco años por provocar varios incendios en tierras que el gobierno les cedía. Ambos se distanciaron de la protesta y se entregaron a las instituciones penitenciarias de California para cumplir su pena.
Pero los manifestantes siguieron con el objetivo de que el gobierno entregue a los ciudadanos las inmensas tierras federales que tiene, principalmente al oeste del país, un gesto que reclaman desde hace décadas.
Los rancheros denuncian que las nuevas leyes para proteger el ecosistema entorpecen su profesión, en tanto defienden tener un derecho inalienable para que sus animales pasten en los terrenos del estado.
Al frente de la protesta estuvo, desde el primer día, Ammon Bundy, hijo de Cliven Bundy, un conocido activista antigubernamental que organizó una movilización similar en 2014.
Las autoridades intentaron negociar repetidamente con ellos para que abandonasen el parque nacional, pero ninguna conversación dio resultado.
La gobernadora Kate Brown reiteró a los ciudadanos de Oregón su total compromiso para alcanzar una salida. «Estoy haciendo todo lo que está en mi poder para restablecer la normalidad en el condado de Harney», escribió en su cuenta de Twitter poco después de la rueda de prensa. «Conozco vuestras preocupaciones sobre seguridad y posibles daños a tierras tribales», afirmó.
Brown envió hace unos días una carta a la secretaria de Justicia, Loretta Lynch, y al director del FBI, James Comey, con la esperanza de llamar también la atención del presidente, Barack Obama. En ella denunció la presencia de «criminales armados que intimidan a los vecinos del condado de Harney (…) y buscan la confrontación». «Las negociaciones no han llegado a nada», apuntó.
PUB/IAM