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Las grasas trans son un aditivo industrial que se agrega a los alimentos para que éstos tengan mayor resistencia a la descomposición en los estantes de las tiendas. Sin embargo, estos ácidos grasos tienen un efecto nocivo en la salud, afectando directamente los niveles de colesterol, aumentando notablemente el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y, también, se le ha asociado al desarrollo de algunos tipos de cánceres.
Es por ello que en algunos países, como Estados Unidos, Argentina, Dinamarca, Islandia y Suiza han limitado severamente su utilización; y la Comisión Europea ha aconsejado limitar estas sustancias en alimentos producidos en la Unión Europea. En Chile, en tanto, el Ministerio de Salud estableció un máximo del 2% del contenido total de un producto como límite.
En este contexto, Organización de Consumidores y Usuarios de Chile (Odecu) decidió someter a pruebas de laboratorio a un total de 49 productos, entre alfajores, bizcochuelos, barras de cereal, galletas, papas fritas, tortillas de maíz, cereales horneados y margarinas. Para la selección de la muestra, la organización de consumidores realizó un sondeo en los principales supermercados y farmacias de Santiago.
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Resultados
A través del análisis de laboratorio, Odecu pudo determinar la cantidad de grasas trans y la materia grasa total de cada uno de los productos. Los resultados fueron expresados en base a 100 gramos y se contrastaron con la información rotulada por cada una de las marcas.
Los resultados dan cuenta que si bien todas las marcas analizadas cumplen con el artículo 115 del Reglamento Sanitario de Alimentos, todas poseen algún porcentaje de grasas trans.
Odecu, por otra parte, advierte que no todas las marcas precisaron sus niveles de grasas trans en la rotulación de sus productos, y sólo declaran poseer «cero grasas trans». Es por ello que, para poder realizar la comparación de los resultados de laboratorio con la información del rotulado, la organización de consumidores debió aplicar lo que los fabricantes suelen llamar el «factor de protección», es decir, otorgar un 20% de margen a lo declarado en el envase del producto.
Acerca de los efectos nocivos para la salud, el Dr. Jaime García Birón, nutriólogo, dio a conocer que existe amplia evidencia internacional, y desde hace ya dos décadas, que «las grasas trans provocan un aumento en las probabilidades de enfermedades cardiovasculares, al cambiar los niveles de colesterol, disminuyendo el bueno y elevando el malo. Se ha demostrado que este desajuste en el metabolismo de los lípidos a la larga conduce a un problema de cardiopatía coronaria en los pacientes».
Por otro lado, agregó el especialista, «se ha visto que las grasas trans provocan mayor incidencia de cáncer, especialmente de mama en la mujer, y digestivo- de intestino delgado y grueso- en hombres y mujeres. Por lo tanto, los niveles que se están consumiendo hoy día implican un riesgo de salud pública».
Debido a esto es que Odecu hace un llamado al Ministerio de Salud para que «prohíba la utilización de estos aditivos tan dañinos, de modo que seamos un país libre de grasas trans».
DP/VJ