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Manda a matar a su mujer y esta se aparece en su propio funeral

Pasa en las telenovelas y pasa en la vida.

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Que un desalmado (o desalmada) trate de asesinar a su pareja, para que esta aparezca viva frente a sus ojos es un recurso muy usado en las telenovelas.

Pero la realidad supera a la ficción. Sobre todo por lo que le pasó a la pobre Noela Rukundo, quien vive en Australia y se fue a Burundi al funeral de su madrastra. Creyó encontrar al hombre de su vida cuando se casó con Balenga Katala, padre de sus tres hijos. Y acto seguido él le dijo que se fuera a refrescar y la secuestraron varios asesinos.

La llevaron dentro de un edificio y cuál sería su sorpresa al enterarse de que su propio marido había pagado para que la mataran. Acto seguido ellos llamaron al hombre que solo gritó: «¡Mátenla!».

Ella creyó que sería su final, pero los sicarios le dijeron que no mataban a mujeres y niños. Antes, la regañaron por no darse cuenta de lo que hacía la «joyita» con la que se había casado. Los asesinos pidieron más dinero al esposo de Noela, que lo consignó. Mientras tanto, este ayudaba a «buscar» a su mujer.

Luego de dos días, Noela fue liberada. Sus captores le dieron pruebas para incriminar a su marido y una advertencia:

Ella llegó a su propio funeral y le dijo a su marido: «Sorpresa, soy yo». Este, sin saber qué decir ni qué hacer, le pidió disculpas, pero ella lo entregó a la policía. El esposo orquestó todo el plan por un motivo retorcido: celos.

Al principio lo negó todo, pero las pruebas lo incriminaron. Ahora paga nueve años de prisión, reportó el portal «Metro».

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