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Desconcertados y molestos, los venezolanos que acudieron este miércoles a centros comerciales los encontraron cerrados y a oscuras, ante el racionamiento de electricidad ordenado por el gobierno por la inclemente sequía que azota al país.
«Es una locura, esta no es la solución, es una medida muy drástica que va a traer más desempleados y a golpear más la economía que es un desastre», declaró a la AFP Nataly Orta, de 48 años, frente a la enorme puerta metálica del centro Líder, en el este de Caracas, donde suele almorzar por estar cerca de la casa de venta de repuestos donde trabaja.
La medida, que entró en vigencia este miércoles por tres meses, establece que los centros comerciales deberán autogenerar la electricidad que consumen de la una a las tres de la tarde y de las siete a las nueve de la noche.
Pero muchos al no poder generarla, como Sambil (este) y El Recreo (oeste), decidieron más bien cerrar durante esas cuatro horas. Otros, como Líder y Millennium (este), optaron por trabajar sólo de las tres de la tarde a las siete de la noche, cuando sí hay suministro de electricidad.
Más de 250 centros comerciales grandes de Venezuela, donde operan farmacias, mercados, tiendas, bancos y oficinas de diversos servicios al público, deberán acatar la disposición.
«Yo venía a la farmacia y al supermercado a ver qué encontraba y me topo con esto. Cada día nos sorprendemos más con lo que pasa en Venezuela», se lamentó Julia Torres, ama de casa de 54 años, en la explanada de Líder.
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En un país agobiado por la criminalidad, con una tasa de homicidios de 58 por cada 100.000 habitantes, los centros comerciales, con cines, restaurantes y teatros, son muy frecuentados por los venezolanos para el esparcimiento. Un par de chicos en Millennium se preguntaba qué harían con las entradas ya compradas para ver una película de moda.
– Sin luz y sin planta eléctrica –
El ministro de Energía Eléctrica, Luis Motta, aseguró que se trata de una medida temporal para estabilizar el sistema eléctrico y contrarrestar la sequía provocada por el fenómeno de El Niño, que mantiene a niveles críticos los 18 embalses del país.
«El gobierno está tomando acciones concretas para minimizar el descenso» de los embalses, dijo este miércoles Motta, quien acusó a algunos dueños de los establecimientos de «manipular» la directriz porque nunca se ordenó cierre.
Motta explicó que los usuarios con cargas superiores a 100 kilovoltiamperio (kVA) tienen que ser capaces de ser autosuficientes con la generación de electricidad y están obligados, en cumplimiento con una ley de 2011, a instalar plantas eléctricas para generar su consumo de energía.
Para minimizar los efectos de la medida, la Cámara Venezolana de Centros Comerciales (Caceveco), con 136 afiliados, propuso un ahorro de cinco horas -no cuatro- a cambio de que se les suministre electricidad en horario continuado en lugar de interrumpirlo dos veces al día. Abrirían al mediodía y cerrarían a las siete de la noche.
«De 2.130 Mwh (megavatios hora) que es la demanda que se ahorraría, le estamos ofreciendo 2.660 Mwh con un horario corrido. Los centros comerciales sólo representamos el 3% para el sistema eléctrico nacional. Ya habíamos hecho antes un ahorro, entonces llegaríamos a un ahorro total de 3.030 Mw», dijo a la AFP la directora de Caceveco, Claudia Itriago.
Itriago, quien señaló que aún no tienen respuesta del gobierno, explicó que muchos centros comerciales no tienen capacidad para generar electricidad y los que sí tienen producen de un 40% a un 60% de su demanda. «Los cortes afectarán a 2,5 millones de personas que a diario visitan estos sitios en Venezuela», apuntó.
El economista Luis Vicente León advirtió que en el país no hay plantas eléctricas ni divisas para importarlas, y que los cortes de energía pueden dañar equipos, cuyos repuestos tampoco se encuentran en Venezuela.
«Esto denota la gravedad de la crisis estructural que vive Venezuela: institucional, económica, de seguridad y de servicios», opinó Asdrubal Oliveros, director de la consultora Ecoanalítica, según la cual el sector genera 580.000 empleos.
El gerente de Sambil, José Ramón Pazos, advirtió que la medida puede llevar a algunos negocios a «desincorporar personal porque hay una reducción de horarios».
«Nos afecta en las ventas, en comisiones, en la salida de nuestras mercancías. De ocho horas ahora vamos a trabajar cuatro horas», lamentó Freddyline Barreto, de 26 años, empleada de una tienda de ropa.
La oposición acusó al gobierno de falta de previsión y de no haber invertido en el sistema eléctrico recursos que aprobó en 2011.
Con los precios del crudo por el piso, Venezuela, el país con las mayores reservas petroleras del mundo, sufre una grave crisis con una inflación anualizada a septiembre pasado de 140%, una severa escasez de alimentos y medicinas, deudas y deterioro de infraestructura.
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