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Quienes pasan largas horas sentados tienden a presentar malestares físicos e incluso en algunos casos, sicológicos, por lo que las «pausas activas» en el trabajo toman un rol relevante al momento de fomentar la creatividad, productividad, el bienestar general y disminuir el ausentismo laboral de los trabajadores, según la Sociedad Chilena de Medicina del Trabajo, Sochmet.
Esta asociación explica que, a pesar de que la ciencia ha comprobado empíricamente los beneficios tanto físicos como sicológicos de la actividad física y que hace más de dos décadas que se habla sobre la importancia de las pausas activas en el mundo laboral, en Chile ha habido un avance muy lento en esta materia.
«Es necesario que las empresas fomenten y faciliten estos espacios ya que ayudan a romper la rutina y a disminuir la sobrecarga física y el estrés, lo que contribuye a una fuerza laboral más saludable e impacta finalmente en la productividad. Pero también es igualmente importante que los propios trabajadores se comprometan y lo promuevan entre ellos», dijo la doctora Marta Cabrera, presidenta de la Sochmet.
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¿Qué son las pausas activas?
Sochmet explicó que las pausas activas se pueden definir como breves descansos que se realizan antes o durante la jornada laboral en las que se efectúan distintos ejercicios de elongación orientados especialmente a aquellos grupos musculares que ejercen el mayor esfuerzo, tales como los músculos del cuello, espalda y brazos.
Las afecciones más comunes que aquejan a quienes trabajan sentados la mayor parte del día son más bien de tipo muscular tales como el lumbago y la cervicalgia, o tortícolis. «Las pausas ayudan a reducir algunos de los malestares provocados por la inactividad física, como por ejemplo trastornos musculo-esqueléticos y el estrés, además de la fatiga física y mental. En definitiva, lo que buscan estas pausas es romper con la rutina, y el sedentarismo y evitar que las personas estén sentadas todo el día», asegura Marta Cabrera.
La especialista agrega que la recomendación es “realizar pausas activas ojalá un par de veces al día. Sin embargo, aquellos trabajadores que realizan tareas repetitivas, en posición estática y sin posibilidad de alternar con otras actividades más dinámicas, deben realizar pausas más frecuentes”. Por ejemplo, los digitadores debieran realizar micro pausas de 1-2 minutos cada 15-20 minutos de trabajo, o de 10 minutos cada una hora de trabajo continuo.
Además la doctora Cabrera sostuvo que “estas pausas activas deben incluir ejercicios de elongación estática de los grupos musculares que más trabajan, con el objeto de reducir la tensión y la fatiga muscular. Las pausas deben ser realizadas antes que el trabajador perciba molestias físicas, cansancio físico o mental. Si ya percibe la incomodidad es porque existen signos de fatiga y cansancio lo cual toma más tiempo en revertir y pueden generar una enfermedad.”
El ideal es que las pausas activas sean dirigidas por una persona con entrenamiento específico. Puede ser un especialista (kinesiólogo, profesor de educación física) o simplemente un miembro del equipo de trabajo que ha recibido una capacitación en el tema. La doctora enfatizó que “es importante que cuando se realicen estos ejercicios, se mantenga la elongación por unos 20 a 30 segundos respirando normalmente. Esta acción no debe provocar dolor. Si esto sucede hay que elongar un poco menos, pero si persiste el dolor, se debe consultar con el médico”.