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El emisario de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, que llegó el lunes por la noche a la capital siria, Damasco, logró que el Gobierno de Bashar al Asad aprobara la entrada de ayuda humanitaria a varias ciudades donde la población vive en condiciones dramáticas.
«Mañana (miércoles) vamos a poner a prueba (la voluntad de dejar pasar ayuda)», declaró el emisario de la ONU, que mantuvo dos reuniones con el ministro sirio de Relaciones Exteriores, Walid Mualem.
Siete localidades sitiadas por el régimen o por los rebeldes recibirán ayuda humanitaria, dijo un portavoz de la ONU. Entre estas, están las localidades chiitas de Fua y Kafraya, en el norte, asediadas por los rebeldes, así como Madaya y Zabadani, en la región de Damasco, rodeadas por el ejército.
Paralelamente a la situación humanitaria, que se degrada cada día más, los combates no cesan. Al menos quince civiles murieron el martes por la noche por los bombardeos de la coalición internacional, dirigida por Estados Unidos, en una ciudad del noreste de Siria controlada por el EI, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (Osdh).
– Bombardeos rusos «bárbaros» –
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«Queremos una operación terrestre con nuestros aliados internacionales», declaró el martes a la prensa un alto funcionario turco que pidió el anonimato. «No habrá una operación militar unilateral de Turquía en Siria», precisó.
Esta intervención tiene que ser contra «todos los grupos terroristas en Siria», añadió, y citó al EI, a las tropas del régimen de Damasco y a las milicias kurdas de las Unidades de Protección Popular (YPG).
Turquía había dicho el sábado que podría, junto a Arabia Saudí -también miembro de la coalición- llevar a cabo una intervención terrestre contra el EI en Siria.
Pero Irán, aliado de Damasco, advirtió de que el despliegue de tropas saudíes violaría «el derecho internacional».
El líder del Hezbolá libanés, Hasan Nasralá, acusó a Turquía y Arabia Saudí de conducir a la región a una guerra y prometió que sus tropas -que combaten junto a las del régimen de Al Asad- saldrán «victoriosas».
Por su parte, el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, denunció nuevamente los bombardeos rusos en Siria, que calificó de «bárbaros» y «cobardes».
El Osdh informó el lunes sobre bombardeos «probablemente rusos» contra escuelas y hospitales en el norte de Siria. Según la ONU, éstos dejaron cerca de 50 muertos, incluyendo niños. Moscú negó «categóricamente» bombardear hospitales.
– Washington, escéptico –
Por su lado, Estados Unidos expresó su escepticismo sobre un «cese de combates» en Siria a finales de semana, como estaba previsto en un acuerdo concluido por Estados Unidos y Rusia el viernes.
También el presidente sirio, Bashar Al Asad, dijo que ve «difícil» un alto el fuego.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo el martes en una rueda de prensa que el conflicto en Siria no es un «concurso» entre él y su par ruso, Vladimir Putin. El mandatario estadounidense respondía a una pregunta acerca de si se sentía engañado por el presidente ruso, cuyo ejército interviene hace semanas en apoyo a las fuerzas del presidente sirio. «El hecho de que Putin haya debido despachar sus propias fuerzas, su propia aviación y haya debido lanzar esta operación militar de envergadura (…) demuestra que la posición de Al Asad es débil, no fuerte», observó.
En el terreno, Turquía, que acusa a las milicias armadas kurdas de ser «terroristas», prosiguió el martes, por cuarto día consecutivo, sus bombardeos contra posiciones kurdas en el norte de Alepo. La aviación turca bombardeó Tall Rifaat, un feudo rebelde que cayó en manos de las fuerzas kurdas, informó el Osdh.
PUB/IAM