María Susana Sánchez, señorita Confraternidad 2016, es una de las primeras jóvenes (sino es la primera) en tener esta dignidad e impulsar un proyecto social en beneficio de la comunidad. Como cuenta María Susana a METRO ECUADOR, no es necesario tener una corona o un título para poder ayudar a los demás, por lo que a través del “Ropero de la Confraternidad” espera hacer grandes cosas por las parroquias rurales de Quito.
PUBLICIDAD