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El 10 de julio pasado la entonces mandataria aterrizó en la capital paraguaya y se alojó junto con un selecto grupo de colaboradores en el exclusivo Hotel Bourbon.
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Otra parte de la delegación, entre la que estaban los invitados especiales de la Presidenta, lo hizo en el Guaraní Esplendor, que tiene casino, y al que habían llegado un tiempo antes.
Fue una visita relámpago: Cristina la aprovechó para volver a tener un diálogo cara a cara con el Papa Francisco.
El viaje le costó al Estado 28.503,8 dólares. O mejor dicho: eso fue lo que debió haber costado, porque una auditoría del actual Gobierno acaba de determinar que la rendición oficial fue por 92.225 dólares. Se sospecha que algún miembro de la administración kirchnerista presentó comprobantes apócrifos y/o adulterados para quedarse con la diferencia, según publica Clarín.
El fraude no sólo incluyó los gastos de alojamiento. En ese mismo viaje se detectaron maniobras irregulares con los viáticos, principalmente en los servicios de traslados. La comitiva presentó comprobantes adicionales por 63.335 dólares cuando según los proveedores sólo se gastaron 9.590 dólares.
En el caso del viaje a Nueva York junto a los principales integrantes de su gobierno para participar de su última Asamblea General de las Naciones Unidas, también se hallaron facturas apócrifas por casi US$ 100 mil.
Se facturaron US$ 183.452,33 pero en rigor se entregaron «comprobantes» por US$ 385.355,56.
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La auditoría la encargó la secretaría General que comanda Fernando De Andreis y abarcó del 1 de julio al 9 de diciembre de 2015.
Altas fuentes advirtieron que esta investigación podría ser la punta de un largo ovillo. «Estas facturas truchas son recién una parte. Creemos que hay mucho más. Estamos auditando de julio para atrás y ya vimos inconsistencias en las rendiciones», dijeron las fuentes consultadas a Clarín.
Los empleados que vieron pasar todas estas irregularidades sigue trabajando en la Casa Rosada y dieron datos precisos al poco tiempo de que Mauricio Macri llegó al despacho presidencial.
Las facturas a las que tuvo acceso Clarín (por un lado las «originales» y por otro las «copias») son casi idénticas. En todas está el logo de los hoteles, el mismo número de factura, la misma fecha, pero cambia el monto facturado. Lo que se modifica en el viaje a Asunción, por ejemplo, es la descripción: en el original se detallan todos los gastos, uno por uno; en cambio, en la «copia» se lee «alojamiento de la señora Presidenta de la Nación e invitados especiales en ocasión de la visita de Su Santidad Papa Francisco, los días 10 y 11 de julio de 2015».
Los auditores pidieron las «facturas originales» en los establecimientos hoteleros y las compararon con las que fueron rendidas en la Argentina.
PUB/IAM