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Pablo Contreras Pérez
Debe ser la parte más estresante y desmotivadora de las vacaciones…. cuando éstas llegan a su fin. Esa sola idea de volver al trabajo tras ese merecido descanso para algunos puede significar un tremendo estrés.
Pero antes de que se eche a morir, esto tiene una solución y hay formas de poder sobrellevar este trance. «En caso de que el trabajador haya salido fuera de la ciudad, lo ideal es que regrese un par de días antes para ir adecuándose a su rutina y su ambiente«, recomienda de entrada Nicole Papazian, directora de Marketing y Comunicaciones Adecco.
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Junto con lo anterior, la especialista aconseja ir retomando los horarios habituales, como la de dormir, e intentar tener una actitud positiva.
Pese a lo anterior, Papazian sí es enfática al señalar que no es aconsejable que la persona no tome contacto con su trabajo, a no ser que sea algo urgente. «Pensar en el trabajo días previos al regreso laboral provoca ansiedad y un desgaste, que es mejor evitar», dice.
Una vez estando de vuelta a su puesto laboral, la idea es retomar de manera tranquila y calmada sus labores habituales, «no presionarse con querer ponerse al día en una sola mañana, ya que eso puede frustrarlo», explica la ejecutiva de Adecco.
Algo que puede ayudar además es haber dejado una lista enumerando los temas más importantes para usarlo como recordatorio de los temas pendientes. A eso, Papazian estima que es fundamental «plantease objetivos para el nuevo año laboral, de manera de tener un estímulo para comenzar a trabajar».
Falta de ganas de volver
No es raro que las ganas de volver a la rutina del trabajo es algo que muchos quisieran evitar cuando están disfrutando plenamente de las vacaciones, ¿pero puede eso ser indicador de algo más profundo?
Pese a que la considera una sensación normal, «si esto persiste en los días y se profundiza, el trabajador sí debería tomar medidas para revertir la situación o, en caso extremo, reevaluar su actual trabajo», advierte Papazian.