Abogados y defensores de los derechos humanos pidieron hoy al Reino Unido y a Suecia que apoyen y respeten el criterio de la ONU sobre la «arbitrariedad» de la detención en Londres del fundador de WikiLeaks, Julian Assange.
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Hace unas semanas, el Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas sobre Detenciones Arbitrarias señaló que la retención del periodista, que está refugiado en la embajada de Ecuador en Londres desde 2012, es «arbitraria», por lo que debería ser compensado.
Tras conocerse esa observación, el Reino Unido la rechazó al afirmar que no cambia la situación de Assange, mientras que el Gobierno sueco indicó que el activista había elegido, de forma voluntaria, estar en la embajada ecuatoriana.
Assange se refugió en la legación de Ecuador en Londres para evitar que las autoridades británicas le extraditasen a Suecia, país que solicitó su entrega en relación con unos supuestos delitos de agresión sexual, que él niega.
El ministro británico de Exteriores, Philip Hammond, llegó a calificar de «ridícula» la opinión del grupo de la ONU e insistió en que Julian Assange es un «fugitivo de la Justicia».
En un comunicado divulgado hoy, 500 personas, entre ellas figuras como el artista chino Ai Weiwei, la escritora india Arundhati Roy, el Premio Nobel de la Paz argentino Adolfo Perez Esquivel o el exministro griego de Finanzas Yanis Varoufakis, condenan la reacción de los dos países a la opinión de la ONU.
«Los gobiernos de Suecia y el Reino Unido están creando un precedente peligroso que socava el sistema de derechos humanos de las Naciones Unidas en su conjunto», indica la nota.
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Los firmantes piden a Suecia y al Reino Unido que respeten el «carácter vinculante» de la opinión del grupo de trabajo de la ONU debido a su «independencia, integridad y autoridad».
«Es por ello que pedimos a los Gobiernos de Suecia y el Reino Unido que cumplan sin mayor retraso con las conclusiones del Grupo de Trabajo y aseguren el derecho de libre movimiento del Señor Assange», según el comunicado.
Assange pidió asilo a Quito tras haber agotado todas las vías legales en el Reino Unido a fin de evitar su entrega a Suecia, pues teme que ese país lo extradite a EEUU, donde hay abierto un caso de espionaje en su contra por los miles de cables con información sensible del Gobierno estadounidense que filtró WikiLeaks.