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Guillermo Cortés es un chofer de 38 años que hacía su recorrido característico en la ruta que une a Iquique con Alto Hospicio en la Región de Tarapacá cuando un sujeto subió a la micro que manejaba para asaltarlo.
El delincuente sacó un cuchillo para intimidarlo, pero la víctima frenó la máquina de imprevisto desestabilizando al maleante, el cual se estrelló contra el vidrio. En ese instante, el trabajador logró reducirlo, quitándole el arma dándole un golpe de puño en la cara.
Tras esto, fue a constatar lesiones y llevó al sujeto a Carabineros para que fuera detenido por el intento de asalto.
Y pese a comprobarse que el malhecho tenía una orden de arresto pendiente, Cortés terminó siendo el agresor, siendo detenido y puesto a disposición del Juzgado de Garantía de Iquique, quedando a la espera de una situación.
Este hecho ocurrió esta semana según consigna el diario La Estrella de Iquique, en donde la víctima pasó a ser el victimario, siendo formalizado por el delito de cuasidelito de lesiones menos graves al haber golpeado al ladrón, por lo que fue condenado a pagarle $120 mil, sino quedará con arresto domiciliario nocturno.
«Siento inseguridad, porque el día de mañana si alguien me viene a asaltar y me quiere apuñalar y llevarse la plata que yo hice en el día, no hay que hacer nada o dejo que me peguen o me baleen», señaló el chofer.
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«Carabineros actuó en el procedimiento como corresponde, ellos no tienen la culpa, aquí el problema es la Reforma Procesal, no sé, el Juzgado de Garantía, la forma de actuar que tienen», agregó.
Finalmente, Cortés consideró ilógico que deba pagarle a quien quiso robarle. «Es un tema contraproducente, los tipos nos asaltan uno se defiende, haciendo uso de defensa propia si ni siquiera se defendió con un arma, pero la justicia tiene otra visión sobre el tema, creo que le faltó asesoría jurídica», concluyó.
PUB/CM