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Es el gran referente internacional en términos de eficiencia en transporte, movilidad e intermodalidad. Hablamos de Londres, la capital europea a la que todos los expertos mencionan en sus presentaciones y argumentos, sobre todo en América Latina, donde las grandes ciudades buscan replicar su experiencia.
La autoridad de transportes en la capital inglesa se denomina Transport For London (Transporte Para Londres), y en el último informe anual reveló que en los próximos años, el número de ciclistas superará al de automovilistas.
En un periodo de tiempo de casi 25 años, desde 1990 a 2014, el número de automóviles particulares cayó estrepitosamente de 137 mil a 64 mil. En contraste a esta realidad, el número de personas que utiliza la bicicleta aumentó de 12 mil a 36 mil en la región central, y en toda la ciudad el número se elevó de 40 mil en los noventa a 180 mil en 2014.
Esto se explica porque desde l,os noventa comenzó una especie de revolución urbana en la ciudad, conscientes de los problemas que conllevaría el crecimiento indiscriminado del parque automotriz. Es por ello que comenzaron a aplicar fuertes medidas de desincentivo al uso del auto, entre las que destacan la tarificación vial y el reforzamiento del transporte público, además de apostar por infraestructura para medios de transporte alternativos, específicamente la bicicleta.
Llegando al siglo XX, uno de los responsables de lo que hoy vive Londres fue su primer alcalde mayor, Ken Livingstone, quien entre 2000 y 2008 lideró a la ciudad, apostando por la democratización del espacio público, donde todos los actores viales involucrados tuvieran las mismas oportunidades en términos de movilidad.
Livingstone estuvo hace algunos meses en nuestro país, y en la oportunidad señaló a Publimetro que cuando asumió el cargo “enfrentábamos un terrible problema de congestión y la eficiencia del sistema de transportes declinando, por lo que el sector empresarial nos decía: ‘si las cosas no mejoran nos iremos a otras ciudades’. Ante esto, era urgente introducir cambios”.
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El inglés destaca que durante 14 años no hubo un gobierno regional, pero “Tony Blair (primer ministro británico desde 1997 a 2007) creó un sistema de representación en la autoridad de un alcalde mayor con elección democrática y en ese momento se comenzó a hablar de inversión y cambio. Esa es la principal clave”.
Además , asegura que se deben hacer esfuerzos fiscales por «invertir en más infraestructura para transportes potenciando, además de los buses (Transantiago) y Metro, otros medios, como infraestructura para bicicletas, proyectos de teleféricos. También se podría invertir en un sistema de corredores integrados con áreas verdes y espacio público inclusivo que vinculen a la ciudad con sus habitantes”.
Los cambios que vivió Londres lo llevaron a convertirse en el modelo de desarrollo que hoy muchos quisieran tener. Hoy eso ya es una realidad y los esfuerzos de las autoridades están en invertir en más y mejores ciclovías, remodelando los espacios públicos siempre considerando el uso de la bicicleta como uno de los ejes centrales, pero también con mayor acceso a áreas verdes para los peatones.
Londres invierte cerca de 630 millones de euros en políticas públicas relacionadas con el fomento del uso de la bicicleta, la disminución de la congestión vehicular y la mejora de la calidad del aire. Se espera que al 2025, estos esfuerzos se traduzcan en un incremento de un 400% en el uso de la bicicleta, además de que se mantenga a la baja el uso del automóvil particular.
PUB / DIG