Economía

Arpilleristas de Memorarte quieren llevar sus telas a todo Chile

Mariana Madariaga

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En la sede social Magallanes, justo en la esquina de calle Collinco con Pirihueico, en la comuna de  Pedro Aguirre Cerda, las emociones están a flor de piel. En medio de hilos, lanas, palillos y telas multicolores, que son permanentemente acariciadas con dedicación y paciencia, un grupo de mujeres cumple un sueño imposible. Ante la presencia de un ministro de fe de la municipalidad, concretaron el gran anhelo de convertirse finalmente en la Organización Comunitaria Memorarte Arpilleras Urbanas.

 

Cada miércoles las arpilleristas se juntan en el parque André Jarlán. Allí se ponen a bordar y conversar sobre la vida, pero también enseñan su arte gratis a quienes quieran aprender. Pero no se trata de coser por coser, ni de dar puntadas al azar. En sus telas o arpilleras, cada puntada, por más grande o pequeña que sea, tiene un sentido. Vivencias, emociones profundas, pero sobre todo recuerdos de la vida, van engalanando cada una de sus creaciones artísticas.

 

“Es como un diario de vida de tela”, explica Cynthia Imaña, quien borda desde la infancia. “Cada una de nosotras le da vida a las arpilleras con sus recuerdos. También buscamos hacer un rescate de la memoria histórica. Si ves nuestras arpilleras, ves mensajes universales, tienen contenido, vivencias y mucha historia, incluso historia familiar de cada una de nosotras”, agrega Alejandra Campos.

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Memorarte ha participado en varias exposiciones en Santiago. Sus arpilleras, además, han recorrido ciudades como Rancagua, Valparaíso, San Fernando. “Plasmamos momentos, que dejen un mensaje. No es un taller de manualidades, tienen un significado. Lo más importante es que todas unidas hemos logrado muchas cosas, especialmente, rescatar este maravilloso arte, y empoderar a las mujeres”, cuenta Alejandra Campos.

 

 

Piezas únicas

Berta Lagos es hija de modista. Lleva el arte de bordar en la sangre. Sus bordados representan sus vivencias, sus emociones y viajes, especialmente de su infancia en Argentina. Todos recuerdos invaluables. “Cuesta mucho desapegarse de las arpilleras. Hay piezas que no se pueden vender ni por todo el dinero del mundo. Cada una de mis piezas son únicas”, asegura.

 

Memorarte está realizando clases y talleres. También venden productos en exposiciones. Las arpilleristas pueden ser contactadas a través de su facebook. De hecho, fue a través de este medio que llegó al grupo María José Mejías de 26 años y que vive en la comuna de San Joaquín. «Me encantó el trabajo. Además que conocer a todas estas mujeres llenas de experiencias y de grandes hitorias de vida», asegura.

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