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Los diputados Osvaldo Andrade (PS), Marcos Espinosa (PRSD) y Gabriel Silber (DC) fueron elegidos como presidente y primer y segundo videpresidentes de la Cámara, respectivamente.
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Andrade agradeció a las bancadas de la Nueva Mayoría por su elección y luego, en su discurso, analizó el particular momento de la vida política e institucional de Chile, en especial, la actual crisis de desconfianza que existe en la sociedad nacional.
«En efecto, desde hace un tiempo a esta parte se ha hecho sentir con fuerza un profundo malestar en la sociedad y un notorio debilitamiento en la confianza hacia nuestras principales instituciones. La que se expresa de manera brutal en el distanciamiento y descrédito de la política y, particularmente, en la institución que la representa: el Congreso Nacional», evaluó.
El legislador estimó que, probablemente, se han dado razones para que la ciudadanía se alejara de la política y de sus representantes, pero remarcó que reducir la actual crisis institucional sólo a la política sería mezquino y, fundamentalmente, un profundo error.
«La actual crisis de confianza atraviesa a toda la sociedad y se expresa en la pérdida de credibilidad de las instituciones políticas, empresariales y religiosas. A ello habría que agregar la preocupante pérdida del sentido de lo colectivo en la vida nacional», acotó.
Consideró que el factor que está en la base de la crisis es la cultura actual que privilegia el bienestar personal por sobre el bien común; la ganancia rápida por sobre el esfuerzo y la mesura; el camino corto por sobre el proyecto de largo aliento; el éxito individual por sobre el proyecto colectivo. Asimismo, recordó que los logros alcanzados por el país generan en la sociedad un anhelo de demanda para que los avances se distribuyan de otra manera y para todos.
«La crisis actual, me parece, representa un punto de inflexión en una sociedad que pretende dar un salto cualitativo en la aspiración de ser más desarrollada e integrada. La crisis puede deberse a la necesidad colectiva de transitar hacia un nuevo orden social y político. Por lo tanto, no la podemos negar ni minimizar. Hacerlo sería actuar con miopía, pequeñez y falta de patriotismo», puntualizó.
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Osvaldo Andrade sostuvo que son estos momentos de la historia en que los pueblos pueden sentirse tentados a seguir las promesas de «iluminados» que prometen tener soluciones mágicas, sin embargo, alertó, se ha demostrado que las respuestas populistas y fanáticas producen más dolor y más daño del que intentan aliviar.
«La historia demuestra que los males que se anidan en la democracia se resuelven con más democracia. No hay atajos, ni soluciones fáciles y los representantes del Soberano, congregados en el Parlamento, tienen una responsabilidad ineludible. Para superar la crisis actual no podemos, como sugieren algunos, alejarnos de la política, sino que, por el contrario, necesitamos de más y mejor política. La sociedad democrática, justa y buena a que aspiramos sólo será posible desde la política», enfatizó.
En este marco democrático, reconoció la importancia de la participación ciudadana, así como el respeto a la diversidad y el apego a los derechos humanos y afirmó que ellos estarán más garantizados en una sociedad donde la política sea más sólida, reconocida y valorada por la ciudadanía. «Nuestra convivencia en paz no sería posible sin la política y sus instituciones», agregó.
El legislador llamó a asumir la actual crisis y avanzar con decisión en su superación y, en tal plano, pidió a sus colegas del Congreso Nacional asumir algunas tareas urgentes.
«Esta Cámara de Diputados y quienes somos parte de ella debemos pasar del discurso de crisis a una actitud decidida para enfrentarla y superarla. Dignificar la labor parlamentaria se torna una tarea prioritaria, pero ello pasa por tener conductas más transparentes y sin privilegios vacuos, a estas alturas, inaceptables por la inmensa mayoría de la ciudadanía. Llegó el momento de asumir que hemos cometidos errores y que ello ha contribuido a debilitar la credibilidad en nuestra institución», recalcó.
Así, el parlamentario dijo que es preciso dignificar la labor parlamentaria y con ello resituar la política en el espacio de lo común, despejando cualquier relación entre la labor parlamentaria y los grupos de poder.
Asimismo, planteó que un segundo desafío de igual magnitud consiste en poner a la Cámara de Diputados en la posición que le corresponde en el orden institucional, promoviendo e instalando un nuevo trato con el Ejecutivo.
«Urge un nuevo trato entre Ejecutivo y Parlamento, el que debe ser iniciado con una disposición a considerar y relevar el rol de esta Cámara de Diputados. En este sentido, todo lo que ayude a una mejor coordinación, tanto en las etapas legislativas como en el trabajo pre legislativo, será un progreso», acotó.
Además, dijo que, más allá de la función legislativa, es necesario reivindicar la función política de la Cámara, para lo cual comprometió su voluntad para hacer del hemiciclo el centro del debate político sustantivo de la República.
Finalmente, Osvaldo Andrade comprometió su trabajo y el mayor esfuerzo para hacer de la Cámara el lugar privilegiado para la política. «Hago votos, para que estemos a la altura de lo que la sociedad hoy nos reclama», concluyó.
PUB/CM