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El republicano Donald Trump y la demócrata Hillary Clinton enfrentan un desafío a su favoritismo en las carreras por las nominaciones presidenciales estadounidenses de este martes en Wisconsin (norte), donde los sondeos los colocan inusualmente en la retaguardia.
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La elección es la primera tras diez días de descanso en la campaña para escoger a los representantes de cada partido, y podría ser determinante tanto para republicanos como para demócratas a medida que el proceso se extiende a su último tercio sin que ningún aspirante tenga la victoria en la bolsa.
Por primera vez desde febrero, Trump parte debajo en las encuestas y a la defensiva, y es su principal rival, el senador ultraconservador Ted Cruz el favorito en este estado lechero. En la mira de Cruz está estropear la marcha triunfal del multimillonario a la nominación en la convención partidista de julio.
Pero si Trump, que cabalga sobre una ola de rabia contra el ‘status quo’ y la clase política, arranca una sorpresiva victoria en Wisconsin podría sofocar las aspiraciones de Cruz, hijo de un inmigrante cubano.
«Si nos va bien aquí, gente, esto se termina», afirmó Trump en un evento realizado el lunes en la localidad de La Crosse, al oeste del estado.
Al igual que Trump, Clinton no es la favorita entre los demócratas en Wisconsin, donde se mide frente al ascendente senador Bernie Sanders, quien ha ganado cinco de las últimas seis primarias.
Pero abril luce promisorio para la exsecretaria de Estado, que marcha con una ventaja de dos dígitos sobre Sanders en Nueva York -estado por donde fue senadora-, que vota el 19 de abril, y en Pensilvania, que va a las urnas una semana después.
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Trump, el magnate inmobiliario de 69 años, también lidera los sondeos en esos dos estados, de modo que Wisconsin luce como una batalla determinante para las fuerzas antiTrump.
Para Cruz «es una victoria muy importante. Para Trump, no es una derrota crítica», dijo a la AFP Timothy Hagle, profesor de la Universidad de Iowa.
– «Él es justo» –
Pero Trump ha tenido una semana difícil, con su halo de invencibilidad afectado por una vez por los escándalos: sus recientes y polémicos comentarios en contra del aborto, sobre la esposa de Cruz y contra una periodista que denunció haber sido agredida por el director de campaña del empresario, le han alienado aún más el apoyo de las mujeres, según las encuestas.
En desventaja en Wisconsin, el magnate recorre el estado de un lado a otro, y este lunes se le unió en Milwaukee su esposa Melania, una exmodelo nacida en Eslovenia, en una rara aparición: un aparente intento de reflotar su apoyo entre las mujeres.
«Él es justo», dijo Melania Trump, de 45 años.
El ganador de la primaria republicana de Wisconsin se embolsará la mayoría de los 42 delegados en disputa. Una victoria sería un importante impulso para la campaña de Cruz, aunque sus posibilidades matemáticas de alcanzar a Trump son muy reducidas.
Por el momento, Trump acumula 739 delegados, Cruz tiene 466 y el tercer aspirante, el gobernador de Ohio, John Kasich, marcha con 145, según CNN. Para lograr la nominación republicana un candidato debe alcanzar el número mágico de 1.237 delegados.
La dirigencia republicana, horrorizada por Trump, en forma y fondo, actúa para evitar que el millonario obtenga el número suficiente de delegados para garantizar su candidatura. Ese escenario forzaría una negociación en la convención nacional partidista en julio.
Pero Trump redundó en sus advertencias al partido Republicano de respetar su liderazgo durante la convención nacional, que podría deparar en numerosas votaciones y cambios de lealtades si ningún aspirante llega con 1.237 delegados.
«Mis ojos están bien abiertos», advirtió Trump el lunes.
Por su lado, Clinton pasó el domingo y la mañana del lunes en Nueva York, y solo regresó a Wisconsin la noche del lunes, una posible señal de cómo vislumbra sus posibilidades el martes.
Clinton y Sanders se repartirán de manera proporcional los 96 delegados en disputa.
«Entre ustedes y yo, no quiero poner a Hillary Clinton más nerviosa de lo que ya está», bromeó Sanders ante sus seguidores en Janesville. «Ya está bajo mucha presión», dijo.
«Así que no le digan esto, pero yo creo que ganamos aquí, ganamos en Nueva York, estamos en nuestra ruta hacia la Casa blanca», añadió el senador.
No obstante, Clinton mantiene una ventaja aún sustantiva: 1.742 delegados frente a 1.051 de Sanders, incluyendo a los «superdelegados», funcionarios partidarios y legisladores que tienen asegurado su derecho a votar en la convención.
PUB/IAM