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Hilde Kate Lysiak es una niña de 9 años que dirige un periódico. Se llama Orange Street News y cubre las noticias de su barrio, en Pensilvania. La última gran exclusiva de Hilde ha sido un supuesto asesinato ocurrido cerca de su casa.
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«Recibí un soplo de mi fuente y fui a confirmarlo. Pregunté a los vecinos para tener más información. Trabajé muy duro. Gracias a esto fui capaz de informar antes de que llegara la competencia al lugar de los hechos», cuenta Hilde.
Tras informar del suceso, algunas personas empezaron a criticar el trabajo de Hilde. Los críticos sugerían que la niña era demasiado pequeña para estar cubriendo crímenes violentos y pedían a Hilde que se fuera a «jugar con muñecas». «Me repugna que esta adorable niñita piense que es una periodista de verdad. ¿Qué pasó con las fiestas de té?» o «Las niñas de nueve años deberían jugar con muñecas, no intentar ser reporteras», son algunos de los mensajes que recibió.
Algunos también ponían en duda el juicio de los padres por dejar que su hija se dedicara a lo que más le gusta en lugar de estar haciendo cosas, según ellos, de niños de su edad. Según cuenta The Washington Post, su padre, Matthew Lysiak fue periodista en el New York Daily News y ha defendido el trabajo de su hija: «Ella realmente quiere informar sobre noticias reales».
Tras esas críticas, su página de Facebook se llenó de mensajes de apoyo que animaban a Hilde a seguir haciendo su trabajo.
Ella ha contestado a quienes critican su trabajo a través de un vídeo en su canal de Youtube. «Sé que esto hizo que algunos se sintieran incómodos, y sé que algunos de ustedes sólo quieren que me siente en silencio porque tengo nueve años. Pero si quieren que deje de cubrir noticias, entonces levántense de su computadora y hagan algo sobre las noticias. ¿Es eso lo bastante adorable para ustedes?».
Esta pequeña publica y distribuye una edición impresa una vez al mes y las suscripciones de correo cuestan $ 10 al año.
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En un artículo que escribió especialmente para The Guardian, ella dice que la Policía pidió que no se cubra el caso, pero ella creyó que era necesario porque ha aprendido que ser reportero es dar la verdad a la gente. “Yo trabajo para ellos, no para la policía”, afirma.
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