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Dada su extensión, Chile nos entrega una extensa oferta de productos para hacer de la gastronomía nacional, que conquista a los turistas.
Para resaltar esta cualidad, desde hace siete años ya que en nuestro país se celebra cada 15 de abril el Día de la Cocina Chilena. «Cada vez son más los turistas que planifican sus viajes y elijen sus destinos con el fin de conocer e interactuar con las comunidades locales, y en este sentido, un especio relevante es aquel que ofrecen las experiencias turísticas asociadas a la gastronomía», afirma la subsecretaria de Turismo, Javiera Montes.
En esa línea, reafirma que para acercarse a nuestra cultura, «qué mejor que hacer turismo, conocer el país y llevarse el grato recuerdo de un buen plato chileno o preparación autóctona».
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Las picadas
Debido a lo largo de nuestro territorio, son muchas las alternativas para probar las exquisiteces culinarias que ofrece Chile, pero siempre hay lugares que destacan.
Uno de ellos es Capitán Pastene, que a pesar de destacar por sus preparaciones provenientes de la cultura italiana, se ha enriquecido con una amplia variedad de restaurantes donde se preparan exquisitas recetas con un toque de identidad chilena. También hay fábricas artesanales de embutidos, entre ellos, el jamón que tiene denominación de origen por ser secado con el aire cordillerano en la zona de Lumaco en La Araucanía.
En tanto, Los Ríos tiene una amplia oferta gastronómica, producción de cecinas artesanales con toques locales y dice ser la capital cervecera de Chile. Por lo mismo, los amantes de la cerveza artesanal, tienen la opción de hacer el circuito de Valdivia y recorrer la Kunstmann, Calle calle, El Duende, Valtor, Selva Fría y la tienda de cervezas del mercado, entre otras. Pero también pueden visitar Panguipulli y Paillaco donde se pueden sorprender con nuevos sabores.
Ideal para quienes buscan paseos por el día, son las visitas a las caletas costeras de Chile. Esto porque pueden disfrutar de la playa, realizar salidas en botes o recorridos guiados con pescadores, y aprovechar de comer en locales tradicionales.
Una de ellas es la Caleta Los Verdes en Iquique, con 12 restaurantes instalados y que tiene entre los platos preferidos por los turistas el «rompecatre» y «salsa del amor», ambos preparados con un surtido de mariscos.
Otra caleta es la de Cifuncho ubicada a 43 kilómetros al sur de Taltal, en Bahía Lavata, y destaca por su gran variedad de productos tales como erizos, congrio colorado, corvina, loco y erizo. En Coquimbo, se pueden recorrer las caletas San Pedro (La Serena), Peñuelas (Coquimbo), Guanaqueros y Tongoy, donde las preparaciones están en manos de familias pescadoras.
En la Región de Biobío, la Caleta de Lenga es sin duda una de las más visitadas con una veintena de restaurantes y emprendimientos especializados en cocina de mar. Ofrecen exquisitos platos de mariscos y pescados, empanadas, pailas marinas, machas a la parmesana o al pil pil, carapachos o reinetas, congrios y merluzas fritas, entre otras preparaciones.
Por su parte, Los Lagos promueve las visitas a su Caleta Dueña donde hay varios circuitos que mezclan tradiciones y gastronomía, además de restaurantes, alojamiento, camping y una amplia diversidad de productos del mar que tienen la particularidad de ser frescos. Su cercanía al área protegida indígena Mapu Lahual la convierten en un destino turístico vinculado a la naturaleza y a la cultura mupuche-huilliche.
En el extremo norte, la Caleta Camarones, ubicada a 105 km. al sur de Arica, sorprende no sólo por su cultura Chinchorro sino también por un producto estrella que han bautizado como el «Chinchorrazo». Los turistas que visitan la zona pueden disfrutar de este disco elaborado con productos del mar y tierra que lo complementan con la experiencia de ir junto a los buzos y pescadores de la caleta a recolectar o extraer los productos del mar y escuchar el relato sobre la cultura Chinchorro.
Como destino, Arauco es un lugar donde se puede apreciar la riqueza de la gastronomía mapuche. El merkén, el catuto molido y el piñón son un imperdible para el paladar, como también lo son los digueñes y hongos comestibles.
En la costa central, destaca la localidad de Totoral, ubicada a 8 kilómetros del centro urbano de El Quisco, que además de disfrutar de artesanía local y chocolatería, la gastronomía típica de la zona se resata por sus irresistibles panes amasados y mermeladas. Entre sus especialidades, están los dulces chilenos, arrollados de huaso, perniles, quesos, mistelas, cecinas, e incluso un aromático licor artesanal.
Finalmente, para quienes visiten la zona austral de Chile, la gastronomía de los valles y fiordos del norte de Aysén requieren de su atención. En Lago Verde, hay preparaciones locales que se fusionan con las tradiciones gauchas. En el pueblo costero Raúl Marín Balmaceda se puede disfrutar de los sabores del mar. En Puyuhuapi, con una historia y un patrimonio gastronómico único, se pueden encontrar productos y preparaciones donde convergen las culturas de los colonos que llegaron a habitar el fiordo, mientras que La Junta, el corazón de la Cuenca Palena – Queulat, se pueden realizar una gran cantidad de actividades y recorridos turísticos.
DP/PCP