Cuando una empresa te contacta luego de haber recibido tu currículum, comienza el proceso de selección y un paso clave en esta travesía es la entrevista de trabajo.
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Dar malas respuestas, hacer comentarios negativos y no destacar tus habilidades puede acabar con tus opciones de ser elegido para el cargo.
«Las personas deben preparar su entrevista de trabajo de la misma forma en que lo han hecho para dar un examen. Las preguntas y las respuestas se estudian con el fin de transmitir nuestras fortalezas y sentirnos seguros y satisfechos con lo que decimos en ese momento clave. Son muy pocos minutos para demostrar que eres la persona adecuada para el puesto, por lo que no hay que dejar nada al azar”, señala Catalina Reyes, jefa de la Unidad de Egresados Alumni de la Universidad del Pacífico.
Por ello, la experta en empleabilidad entrega una guía de respuestas que buscan acercarse a una «respuesta adecuada» .
Preguntas personales: “¿Cómo te describirías?” y “Nombre tres virtudes y tres defectos”. Con el fin de conocerte un poco más, el empleador realizará un par de preguntas que le permitirán conocer tus habilidades blandas, como, por ejemplo, tu forma de relacionarte en equipo, tu actitud frente a nuevos retos, cómo abordas las críticas y tus inquietudes por aprender, entre otras.
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Por eso, ante este tipo de preguntas debes centrarte en dar a conocer tus cualidades y mostrar que tienes una alta motivación a nivel personal y profesional, resaltando siempre tus virtudes y enfocando tus defectos de manera positiva. Un ejemplo de ello es decir: “Soy una persona comprometida”, donde el mensaje final para el reclutador es “se compromete con la empresa”. Respecto a los defectos, un buen ejemplo para sacar partido es decir: “No me gustan los compañeros que sacan la vuelta en el trabajo”, por lo que el entrevistador considerará que optimizas bien tu tiempo.
Preguntas de formación académica: “¿Por qué escogiste estudiar tu carrera?” y “¿crees que tienes la formación necesaria para ocupar este puesto?”. Tus respuestas deben ser positivas a la primera interrogante, demostrando que eres una persona apasionada, criteriosa y capaz de tomar decisiones bien pensadas. Por otro lado, la respuesta ideal para la segunda pregunta es hacerle entender al entrevistador que, si bien la formación recibida (como un título profesional) es un buen punto de partida, tú consideras que la experiencia que se obtiene trabajando es muy importante y estás dispuesto a recibirla. Si ya tienes experiencia, destaca los hitos de tu desempeño laboral.
Preguntas de experiencia laboral: “¿Por qué te estás cambiando de trabajo?”, “¿cuáles son tus expectativas laborales?”, “¿por qué has estado tanto tiempo sin trabajar?”, “¿tienes experiencia para el cargo?”.
Aquí debes preparar tus respuestas de forma positiva y darle a entender al reclutador que trabajar en la empresa forma parte de tu desarrollo profesional y que si has estado sin trabajo es porque te has dado el tiempo de buscar un puesto donde realmente quisieras desenvolverte. Es decir, lo recomendable es siempre concentrarse en las habilidades y deseos de desarrollo. Si definitivamente tienes mucha experiencia para el cargo, comunica que no te importa retroceder y avanzar, ya que siempre estás dispuesto a aprender y contribuir con tus conocimientos al área.
Preguntas de conocimientos sobre la empresa a la que se postula: “¿Qué sabes de la empresa y del puesto de trabajo?” y “¿por qué deberíamos escogerte a ti?”. Investiga muy bien la empresa y el puesto por el cual estás siendo entrevistado. Para la segunda pregunta, debes responder demostrando firmeza y seguridad en ti mismo. Entrega detalles específicos de tu currículum o cartera de trabajos, demuéstrale al empleador lo que vales y cómo llegarías a ser un activo valioso.
Preguntas inquisitivas: “¿Por qué te despidieron?” y “¿te ajustarías salarialmente?”. Es muy importante que te prepares contestando todo de manera positiva, sin hablar mal de tu trabajo anterior, con el fin de demostrar que este empleo es una gran oportunidad, tanto para tí como para la empresa. No olvides que la entrevista es el minuto que tienes para ‘venderte’ y convencer, pero no para ‘sobrevenderte’ o mostrarte arrogante, ya que esto puede llegar a ser contraproducente.