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Según el Dr. Andrés Chavez, miembro del Instituto Milenio CINV y quien además es director del Núcleo Milenio Biología de Enfermedades Neuropsiquiátricas (Nu-mind) por nuestro cerebro y de forma natural, circulan componentes de la marihuana, que participan en funciones tan vitales como caminar, pensar o recordar. Motivado por explorar su método de acción en el sistema nervioso, así como los beneficios en la salud humana, levantó su propio laboratorio en el sector de Playa Ancha.
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Más de seis meses lleva en este lugar, concentrado, fundamentalmente, en el estudio del sistema endocannabinoide, que son los componentes de esta planta milenaria que llevamos dentro y que según comenta el investigador, ya se empleaba de forma medicinal antes de Cristo, aun sin saber que existía este sistema endógeno en el cuerpo humano.
Uno de sus grandes anhelos, es poder llevar estos conocimientos del laboratorio a la sociedad, y comprender cómo el sistema endocannabinoide regula la comunicación neuronal en nuestro cerebro, modulando conductas y trastornos del ánimo tales como, la obsesividad compulsiva, ansiedad o depresión, hecho que abre nuevos horizontes terapéuticos. “Conociendo cómo opera esta marihuana endógena, tanto sus beneficios como sus limitaciones, esperamos contribuir no solo a la generación de nuevos conocimientos, sino también al desarrollo de nuevas terapias farmacológicas para el tratamiento de enfermedades psiquiátricas, que son de alta frecuencia en nuestro país. También, esperamos ayudar en problemas de la visión, dolor, etc.”, comenta.
“A pesar de que el sistema endocannabinoide se está explorando de forma muy reciente, en la actualidad sabemos que éste regula la comunicación neuronal tanto excitadora como inhibidora y que además participa en variadas funciones. Por ejemplo, se sabe que el sistema juega un papel fundamental en el tratamiento del dolor, y esto tiene implicancias importantes en el tratamiento de ciertas enfermedades como el cáncer”, explica el investigador.
Explorando la cannabis
Estudiar la marihuana no es un asunto fácil en Chile. El Dr. Chávez no trabaja con la planta directamente sino con compuestos específicos de ella, que debe importar desde el extranjero y con una carga alta de impuestos. A pesar de ello, está optimista y muy abocado a desentrañar los misterios del cannabis endógeno, y cómo ésta interfiere en nuestro cerebro. “En nuestro laboratorio además del rol de estos compuestos en nuestro cerebro, exploramos cuál es su función en la retina del ojo, una capa neuronal que permite captar la luz desde el medio externo y transformarla en una señal eléctrica hacia nuestro cerebro. ¿Cómo influyen esto compuestos la forma que percibimos nuestro entorno? ¿Qué beneficios o problemas pudiera tener la manipulación del sistema endógeno?, son algunas de las preguntas que nos hacemos en el laboratorio. Aun cuando sabemos que si estimulamos dicho sistema podemos disminuir la presión ocular y con ello, ayudar a combatir problemas visuales como el glaucoma, existen otros efectos que aún no comprendemos completamente como, por ejemplo, sus efectos en el tratamiento de la epilepsia refractaria”, explica.
Según comenta Chávez, nuestras neuronas liberan endocannabinoides -que son lípidos- los cuales son reconocidos por proteínas o receptores de membrana generando una disminución de la comunicación neuronal. Pero el cómo y cuándo esto sucede no está completamente claro. Por ello, entender los mecanismos del sistema, es fundamental para encontrar aplicaciones clínicas, asegura el investigador.
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Todo esto, está siendo observado en animales de experimentación, tanto en retina como en cerebro, y en modelos que presentan condiciones normales y otros, con alteraciones genéticas. Eso les permitirá poder regular procesos a futuro “y ayudar al desarrollo de fármacos para trastornos como la depresión o la ansiedad”, que son investigados en su laboratorio.
El Dr. Chávez advierte que “desarrollar investigación sobre cannabis en Chile, no significa para nada promover el consumo masivo en la población. Para discutir o legislar al respecto tenemos que educarnos”. De hecho, explica que así como algunas de sus propiedades pueden ser benéficas en la salud, también existen varios riesgos asociados a su empleo, por ejemplo adolecentes o personas con predisposición a patologías como la esquizofrenia o ansiedad pueden ver exacerbadas sus conductas durante la activación de este sistema.
Junto a su equipo, el científico también se ocupa de estudiar otros mecanismos de regulación neuronal, como por ejemplo el rol que cumple la serotonina y cómo se comunica con el sistema endocanabinoide en el desarrollo de problemas psiquiátricos. Para ello, utilizan herramientas de precisión molecular y tecnología de punta que permiten intervenir la comunicación entre las neuronas y evaluar su actividad eléctrica.
PB/MC