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Los extremistas que atacaron Bruselas el mes pasado y dejaron 32 personas muertas en un principio planeaban lanzar un segundo ataque en Francia, luego de los ocurridos en noviembre en París, dijeron el domingo fiscales belgas.
Sin embargo, los agresores se vieron «sorprendidos por la rapidez del progreso de la investigación en curso» y en cambio decidieron apresurar un ataque en Bruselas, dijo la fiscalía en un comunicado sin dar más detalles.
El ministro de Justicia de Bélgica Koen Geens dijo que esto «representa una guerra sucia», cuando más ataques podrían esperarse en Bélgica, Francia y otras partes.
«Una vez que existe la intención, el lugar de la ejecución es secundario», dijo Geens a la televisora VRT. «Si aseguramos un lugar, se abre otro blanco».
Dos agresores suicidas mataron a 16 personas en el aeropuerto de Bruselas el 22 de marzo. Otras 16 personas murieron esa misma mañana en la ciudad por una segunda explosión en la estación de metro de Maelbeek.
Los investigadores han encontrado lazos estrechos entre la célula responsable de los ataques de Bruselas y el grupo que mató a 130 personas en París el 13 de noviembre.
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La noticia del domingo confirma lo que muchos sospechaban: que la serie de registros y detenciones en la semana previa a los ataques en Bruselas, incluida la captura de Salah Abdeslam, un prófugo clave en los atentados de París, presionaron a los atacantes y les llevó a actuar.
Tras las pistas
Una laptop encontrada en un bote de basura en la calle de la última dirección de los atacantes, contenía un mensaje supuestamente de Ibrahim El Bakraoui, quien se inmoló en el aeropuerto, y que indicaba que preveía su arresto inmediato después de que fue detenido Abdeslam.
En el mensaje, los fiscales dijeron que El Bakraoui se sentía «apresurado» y que «ya no sabía qué hacer» y de ser «cazado por todas partes», todas indicaciones de que posiblemente tuvieron que acelerar un ataque que habían planeado inicialmente.
La acusación sobre que los agresores de Bruselas planeaban una repetición de los atentados en París se produjo un día después de que las autoridades belgas presentaran cargos contra cuatro hombres acusados de participar en «asesinatos terroristas» y «actividades de grupo terrorista» en relación con los ataques de Bruselas. Uno de ellos, Mohamed Abrini, también afronta cargos relacionados con los atentados en París, indicó la fiscalía.
Las relaciones de los sospechosos
Abrini ha sido identificado como el «hombre del sombrero» al que se vio junto a los dos atacantes suicida que se inmolaron en el aeropuerto de Bruselas. Además, imágenes de videos de seguridad lo sitúan en el convoy con los agresores que viajó a París antes de la masacre del 13 de noviembre.
Abrini era un amigo de la infancia de los hermanos de Bruselas Salah y Brahim Abdeslam, ambos sospechosos de los atentados en París, y tenía lazos con Abdelhamid Abbaoud, supuesto ideólogo de los ataques de París y que murió en una redada de la policía francesa poco después de los atentados de noviembre.
Brahim Abdeslam se inmoló en los ataques de París, mientras que Salah Abdeslam fue detenido en Bruselas el 18 de marzo, cuatro días antes de los atentados en la capital belga, tras cuatro meses de búsqueda.
Las huellas dactilares y el ADN de Abrini estaban no sólo en el Renault Clio empleado en los atentados de París, sino también en un apartamento en el barrio parisino de Schaerbeek utilizado por los atacantes del aeropuerto.
También se cree que Abrini viajó a Siria, donde murió su hermano menor en 2014 cuando luchaba con la brigada francófona del grupo extremista Estado Islámico.
Los otros sospechosos acusados el sábado fueron identificados como Osama Krayem, Herve B. M. y Bilal E. M.
Se cree que Krayem salió de la ciudad sueca de Malmo para combatir en Siria.
Belgica, el foco rojo europeo
Las noticias del fin de semana son un inusual avance positivo para las autoridades belgas, que han sufrido críticas por su gestión de la investigación sobre el atentado.
Pese a los arrestos y a la presentación de cargos, Bruselas sigue en el segundo nivel más alto de alerta por terrorismo, lo que implica que todavía se considera probable un ataque.
«Quizá haya otras células que permanecen activas en nuestro territorio», dijo el sábado en la televisora RTL el ministro belga del Interior, Jan Jambon.
PUB/IAM