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AFP
Las exportaciones de China, principal potencia comercial del mundo, volvieron a crecer con fuerza en marzo tras ocho meses consecutivos de caídas, señal de que la segunda economía mundial tiende a estabilizarse.
Las exportaciones del gigante asiático aumentaron 11,5% en un año a 160.800 millones de dólares, según cifras oficiales publicadas el miércoles por las aduanas chinas.
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Los analistas sondeados por la agencia Bloomberg esperaban en promedio un alza de 10%.
Esta recuperación es espectacular pues se produce después de ocho meses de obstinadas caídas. Las exportaciones chinas llegaron a caer un 25% anual en febrero, su mayor retroceso en seis años.
Por su parte, las importaciones chinas, frenadas desde hace más de un año por la ralentización del país, también se recuperaron, moderando su caída.
En marzo cayeron un 7,6% anual a 130.900 millones de dólares, frenando claramente la tendencia tras los retrocesos de 20% en enero y de 13,8% en febrero.
En consecuencia, el superávit comercial se ubicó en marzo en 29.900 millones de dólares, casi diez veces más que el nivel alcanzado en marzo de 2015.
Estos buenos datos de las exportaciones y del comercio podrían reflejar la mejora de la actividad de los subcontratantes de la industria electrónica y, de forma más general, la reciente recuperación del sector manufacturero, según los expertos del banco ANZ.
De hecho, la actividad manufacturera registró en marzo un vigoroso e inesperado rebrote, cuando se contraía de forma continua desde mediados de 2015, según el índice gubernamental PMI.
¿Injustificado pesimismo?
Una mejora de la cotización de las materias primas -cuyo derrumbe el año pasado redujo drásticamente el valor de las importaciones chinas- también ha desempeñado un papel importante, según los expertos del Bank of America Merrill Lynch.
Por su lado las aduanas del país hablan de «un crecimiento sano de los volúmenes importados», lo que según el gabinete Capital Economics «se añade a la salva de señales (positivas) que demuestran que el pesimismo sobre la salud económica de China no tiene sentido».
China sigue siendo un gigantesco consumidor de materias primas, y sus avatares económicos influyen en las cotizaciones mundiales, pudiendo privar a los países productores de cruciales ingresos.
Por otro lado, los acuerdos de libre comercio con otros países y una estabilización del yuan también han ayudado a estimular las exportaciones chinas, según Huang Songping, portavoz de la administración de Aduanas.
Pero Huang elude cualquier triunfalismo: «la coyuntura económica mundial está llena de incertidumbres», la situación del comercio chino sigue siendo «complicada» y persisten «evidentes obstáculos» para que mejore, advierte.
Por ejemplo, los intercambios comerciales con la Unión Europea y con Estados Unidos, los dos principales socios comerciales de Pekín, siguen cayendo, recordó.
Así, según una opinión generalizada, las perspectivas de la economía china siguen siendo inciertas, y cualquier mejora es precaria: el sector industrial sigue lastrado por enormes sobrecapacidades de producción y por un colosal endeudamiento, la emergencia de los créditos malos es preocupante, y las reformas estructurales para reajustar el modelo de crecimiento son lentas.
Los analistas consultados por la AFP apuestan por una nueva ralentización del crecimiento chino en el primer trimestre, a 6,7%, tras un 6,9% el año pasado, que ya fue el menor aumento del PIB chino en 25 años.
DP/PCP