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Reina Damián, Publimetro Internacional
Al bajar del bus escucho el cantar de los pájaros, el reclamo de los chompipes (pavos) porque piso su territorio, y las sonrisas de los niños que juegan sobre el pasto del antiguo aeródromo, lugar donde también pastan caballos y caminan los cerdos y las aves de corral. Así empieza mi recorrido por esta tierra llena de misticismo.
Uaxactún es una comunidad petenera y un sitio arqueológico maya del preclásico y clásico, donde al caminar entre las construcciones que hace miles de años erigieron nuestros antepasados, te invita a explorar el lugar en donde inició parte de nuestra historia.
Viaje a la historia
Se ubica dentro de la Reserva de la Biósfera Maya, 25 kilómetros al norte de Tikal, en el municipio de Flores (Guatemala), y para llegar se recorre un camino de terracería durante aproximadamente 45 minutos.
Sus sitios arqueológicos están divididos en varios grupos: A, B, E y H son los principales. Sus orígenes se dieron en el E, donde sus habitantes permanecieron durante 14 siglos. En éste se encuentra el Complejo de Conmemoración Astronómica, un lugar desde donde podía apreciarse la salida del sol, alineada con tres templos, los días de solsticios y equinoccios, según los arqueólogos de la Institución Carnegie de Washington, quienes realizaron varias mediciones e investigaciones.
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En el Grupo A, las ruinas principales son la Estructura A-1 y la Plaza Principal, lugares de gran importancia ceremonial y política, favoritos para entierros y colocación de estelas, entre ellas se encuentra la Estela 9, la más antigua del sitio (328 d. C.).
En el B, llama la atención el Palacio de las Doncellas (o palacio residencial B-13), en donde, según los guías, se encontraron varias pinturas murales, una en especial (desaparecida) descubierta en los años treinta; según los historiadores, era la más grande, medía 3,2 metros de largo por 90 centímetros de alto.
Los complejos son embellecidos por verdes senderos, árboles que parecen no tener fin, y el sonido de los monos aulladores, que se asemeja a los rugidos de un jaguar.
Riqueza escondida
Cubiertas por la vegetación y la historia, asombra la cantidad de colinas que rodean los complejos. Parte de la belleza natural es la flora y fauna, ya que Uaxactún también es el hogar de animales silvestres como el jaguar, el mico león, los monos araña y aulladores, faisanes, y serpientes, entre otros.
La comunidad tiene a su cargo un área de protección especial dentro de la Reserva de la Biósfera Maya, que le fue otorgada en el año 2000 como Concesión Forestal Comunitaria, con más de 800 kilómetros cuadrados, en donde sus habitantes realizan actividades controladas de extracción y comercialización de recursos naturales.
Su población
Uaxactún se estableció hace más de cien años como un campamento chiclero, sus primeros habitantes se dedicaban a la extracción de savia de chicozapote para hacer chicle natural. Con el transcurso de los años el acceso se facilitó y, aunque sus caminos son de terracería, cada vez son más sus visitantes.
Además de la elaboración de chicle, sus habitantes exportan el xate (planta ornamental), y procesan la pimienta gorda y las materias primas para la elaboración de artesanías.
DP/CA