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La fiscalía quiere interrogar a Assange, refugiado desde 2012 en la embajada de Ecuador en Londres, por esa supuesta violación de la que lo acusa una mujer de unos 30 años, y que se habría producido en 2010 en la región de Estocolmo. El australiano repite que es inocente.
«Julian Assange sigue siendo sospechoso de un crimen grave», escribe la fiscalía en un comunicado, en el que precisa que mantiene su demanda de colocación en prisión preventiva en caso de que sea detenido.
Ahora, el tribunal de Estocolmo que instruye su caso podría pronunciar su decisión en un plazo de dos a tres semanas.
Amparándose en las conclusiones de un grupo de trabajo de la ONU, que en febrero estimó que Julian Assange estaba siendo víctima de una detención arbitraria, sus abogados suecos pidieron el levantamiento de la orden de arresto.
En un primer momento, el ex hacker se marchó al Reino Unido para escapar a una detención, que luego contestó ante la justicia británica. En junio de 2012 se instaló en la embajada ecuatoriana en Londres para pedir asilo político.
Assange, de 44 años, teme que en caso de ser detenido termine siendo extraditado a Estados Unidos, enfurecido por la filtración por parte de WikiLeaks de miles de documentos secretos sobre las guerras de Irak y de Afganistán y cables diplomáticos norteamericanos.
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