EFE
PUBLICIDAD
El Gobierno brasileño propuso hoy un aumento del salario mínimo del 7,5% a partir de enero del próximo año, una subida anunciada en un momento crítico para la presidenta Dilma Rousseff, amenazada de cerca con un juicio político.
El Ejecutivo planteó un alza del sueldo de los actuales 880 reales (unos 251 dólares) a los 946 reales (unos 270 dólares o poco más de 180 mil pesos) en 2017, según consta en la Ley de Directrices Presupuestarias (LDO) divulgadas por el ministerio de Hacienda.
Este ajuste se lleva a cabo todos los años con base en la inflación.
El Gobierno también propuso que el salario ascienda hasta los 1.002 reales (unos 286,2) en 2018 y a los 1.067 reales (unos 304,8 dólares) en 2019.
En el documento, el Ejecutivo afirma que la economía brasileña cerrará este año con una contracción del 3,1 %, acumulando así dos años seguidos en rojo por primera vez desde 1930, mientras que para 2017 espera un avance del producto interior bruto (PIB) del 1 %.
PUBLICIDAD
Según los pronósticos del Gobierno, la inflación cerrará 2016 en el 7,5 %, por encima de la meta fijada, que es de 4,5 % con un margen de tolerancia de 2 puntos porcentuales, y espera que baje al 6 % en 2017.
Las previsiones para este año contrastan con las del mercado financiero, que prevé que el PIB cerrará con una retracción del 3,77 % y calcula una inflación del 7,14 %.
La ley en la que constan estos datos fue remitida este viernes al Congreso, cuya Cámara de Diputados se encuentra enfrascada en un debate para decidir si el juicio político con miras a la destitución de Rousseff avanza al Senado o, en cambio, es archivado.