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«Las inundaciones, anegamientos y el permanente desborde de los caudales de las diversas comunas de la capital, son eventos que seguirán ocurriendo a futuro mientras no se consideren, a la hora de planificar la ciudad, los aspectos más relevantes de la geografía de nuestra cuenca hidrográfica», aseguró la geógrafa Fabiola Barrenechea, quien es experta en Riesgo de Desastres de la Universidad Bernardo O’Higgins.
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La especialista subrayó que los aluviones en la cordillera que provocaron que este fin de semana Aguas Andinas suspendiera el suministro de agua en varias comunas de la Región Metropolitana, junto con el desborde del río Mapocho, se habrían producido más bien por «la irresponsabilidad tanto de las empresas constructoras que realizan trabajos en los cauces como de las autoridades que no han sido capaces de prever ni de fiscalizar debidamente cualquier intervención en la cuenca hidrográfica de la capital».
Según explicó Fabiola Barrenechea a Publimetro, la cuenca de Santiago, por su geografía, es una zona «inundable», por lo que «las construcciones deben considerar esta característica en su planificación». Sin embargo, la experta manifestó su preocupación porque la ciudad, en su permanente expansión, está construyendo, especialmente viviendas, en zonas que en el pasado han tenido un claro historial de inundaciones.
«Hoy tenemos construcciones en los alrededores del canal San Carlos y del canal Santa Marta, entre otros, que están en permanente riesgo de inundación. Si bien se ha invertido en infraestructura para impedir desbordes, no podemos seguir emplazando la ciudad cerca de los ríos, sin considerar que cada cierto tiempo se producen eventos importantes», dijo Barrenechea.
Por tal motivo, la experta advirtió que la única manera de mitigar futuros riegos, no sólo en la Región Metropolitana, sino que en todas las ciudades del país, es que las obras de infraestructura se planifiquen en función de la cuenca hidrográfica.
«No podemos seguir construyendo sobre los cauces naturales, tal como ocurrió en Copiapó, ni menos cerca de ríos que a futuro pueden desbordarse. Si no mejoramos la normativa, obligamos a las autoridades a estar en permanente fiscalización, más cuando hay posibles riesgos, como en el caso del río Mapocho, etc., estos desastres van a seguir ocurriendo», recalcó.
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Ríos muy torrentosos
Barrenechea comentó que por ejemplo en el caso del aluvión que afectó a la Quebrada de Macul el 3 de mayo de 1993, las autoridades se vieron obligadas a realizar obras de mitigación, puesto que por geografía, nuestra cordillera no cuenta con la vegetación nativa para contener estos fenómenos.
«A eso se suma que los ríos de la zona central son muy torrentosos, porque tenemos una cordillera muy alta y un desembocadura muy estrecha. Es muy corta la distancia entre ambos, lo que aumenta la fuerza de las aguas», precisó la especialista quien aseguró que en el caso de Aguas Andinas es la segunda vez en dos años que tienen la misma emergencia, por lo que la autoridad debiera poner sus esfuerzos en mejorar los planes de fiscalización.