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El ex subsecretario del Interior afirmó que durante su mandato el ex Presidente supo llevar «con mano firme» las relaciones con el ex comandante en jefe del Ejército Augusto Pinochet.
Belisario Velasco, ex subsecretario del Interior, figura histórica de la Democracia Cristiana y uno de los colaboradores de Patricio Aylwin durante su período de gobierno, recordó que el ex Mandatario guió «con mano firme» las difíciles alternativas vividas a partir de 1989, en especial en cuanto a las relaciones con el Ejército y su entonces comandante en jefe, Augusto Pinochet.
«Él tenía muy claro lo que tenía que hacer. No hubo mayores problemas», aseveró, al concurrir al domicilio del fallecido ex jefe de Estado.
Velasco recordó que en el momento en que se produjo el movimiento militar conocido como el «boinazo», ocurrido el 28 de mayo de 1993 cuando un grupo de comandos armados se concentraron en el sector del edificio de las Fuerzas Armadas, frente al Palacio de La Moneda.
El ex subsecretario rememoró que Aylwin interrumpió una gira que realizaba en Europa. «Vino a Chile a solucionar el problema. Se quedó, cumplió su misión y no pasó nada», señaló.
No obstante, Velasco admitió que un hecho que golpeó con fuerza al ex Mandatario fue el homicidio del senador Jaime Guzmán, cometido por un comando del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) el 1 de abril de 1991.
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«Un momento que a él le dolió mucho fue el asesinato de Jaime Guzmán, más que el ‘ejercicio de enlace’ (otro movimiento militar bajo su mandato) y el ‘boinazo’, que le preocupaban pero que llevaba con mano firme», indicó.
PUB/FD