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La libertad de prensa se deterioró en todas las regiones del mundo en 2015 y en particular en el continente americano, que por primera vez figura por detrás de África en la clasificación anual de Reporteros Sin Fronteras (RSF), publicada este miércoles.
La clasificación mundial de la libertad de prensa en 180 países se apoya en una serie de indicadores: pluralismo, independencia de los medios, autocensura, marco legal, transparencia, infraestructuras y agresiones.
«La calificación se deterioró en todos los continentes. En el americano, literalmente cayó (20, 5%) por el peso de una América Latina lastrada por los asesinatos y los ataques a periodistas en México y en América Central», señala RSF, con sede en París.
En América Latina, «la violencia institucional (en Venezuela, 139ª, o en Ecuador, 109º), la del crimen organizado (como en Honduras, 137º), la impunidad (Colombia, 134ª), la corrupción (como en Brasil, 104º), y la concentración de los medios (como en Argentina, 54ª) constituyen los principales obstáculos para la libertad de prensa», destaca RSF.
En América del Norte, Estados Unidos (41º) acusa el efecto de la cibervigilancia y Canadá, que baja diez posiciones (18º), vio su situación degradarse «al final del mandato del ex primer ministro Stephen Harper», según RSF. México ocupa, por su lado, la 149ª posición.
El continente americano queda así por detrás de África, aunque la zona África del Norte/Oriente Medio sigue siendo la región del mundo donde los reporteros están sometidos a mayores presiones de todo tipo, de acuerdo con la ONG.
«Todos los indicadores de la clasificación apuntan a un deterioro. Numerosas autoridades públicas están tratando de recuperar el control de sus países y temen que el debate público se abra demasiado», comentó a la AFP Christophe Deloire, secretario general de RSF. «Estamos entrando en una nueva era de la propaganda, en la que las nuevas tecnologías permiten a bajo coste difundir su propia comunicación, su información, su dictado», analiza.
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– El modelo europeo, fragilizado –
En algunos países en conflicto, como Irak (158º), Libia (164º) y Yemen (170º), «ejercer el periodismo es un acto de bravura», destaca la ONG.
RSF saluda la mejora de la situación en Túnez (96º), que escala 30 posiciones, prueba, según Christophe Deloire, de que «hay una consolidación de los efectos positivos de la revolución» de 2010-2011.
En la parte más baja de la clasificación, Siria continúa en la 177ª posición, justo por detrás de China (176ª) y por delante de Turkmenistán (178º), Corea del Norte (179ª) y Eritrea (180ª).
En Asia, Japón pierde 11 posiciones, hasta la 72ª, a causa de los numerosos medios, algunos de ellos públicos, «que sucumben a la autocensura respecto al primer ministro en particular, y carecen de independencia».
Del lado de los aventajados, Finlandia conserva su primera posición por sexto año consecutivo, seguida de Holanda y Noruega. Costa Rica es el país mejor calificado de América Latina y ocupa la sexta posición de la clasificación mundial. Uruguay figura 20º y España, 34ª.
Europa sigue siendo la zona donde los medios gozan de más libertad, aunque RSF constata un debilitamiento de su modelo. Ante «el desvío del contraespionaje y de la lucha contra el terrorismo, la adopción de leyes que permiten una vigilancia a gran escala, el aumento de los conflictos de interés y la influencia cada vez mayor de las autoridades sobre medios públicos y a veces privados, el continente no se destaca por una trayectoria positiva», reza el informe.
En Francia, que pierde siete posiciones (45ª), RSF lamenta que «un puñado de empresarios con intereses ajenos al campo de los medios de comunicación acaben poseyendo la gran mayoría de medios privados con proyección nacional».
PUB/IAM