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El aspirante republicano Ted Cruz lanzó este miércoles un golpe de efecto, nominando a Carly Fiorina como su compañera de fórmula, con la esperanza de detener a Donald Trump en el estado de Indiana, próxima parada crucial en las primarias partidistas.
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Contra la tradición, Cruz no esperó a la convención republicana a finales de julio en Cleveland para nombrar a Fiorina como su candidata a la vicepresidencia de Estados Unidos, a quien presentó como una «líder extraordinaria».
La alianza une a dos conservadores que critican a la dirigencia republicana y se presentan como «outsiders» para hacer frente al magnate inmobiliario.
«¿Por qué hacer el anuncio ahora?», se preguntó Cruz en Indianapolis durante un mitin. «Bueno, si vamos a ganar la nominación y, más importante, la elección general, debemos unirnos, y Carly está espléndidamente calificada y dotada para ayudar a unir a este partido», dijo.
Ex directora ejecutiva de Hewlett Packard, Fiorina, de 61 años, también compitió por la nominación republicana pero con resultados decepcionantes. Entonces tenía una impresión menos simpática de Cruz, declarando en enero que su exrival «dice lo que sea que tenga que decir para resultar electo».
Fiorina también intentó desestimar el avance de Trump, quien arrasó en las primarias de cinco estados que votaron el martes, alargando aún más su abultada ventaja en el número de delegados.
«La élite dice que se acabó, Donald Trump ganó. Pero no se acabó», dijo Fiorina, lanzando ataques a los dos favoritos para llegar a la elección de noviembre. «Donald Trump y Hillary Clinton serán un desastre para esta nación», afirmó.
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Más temprano, Trump presentó sus lineamientos sobre política exterior, haciendo propio el eslogan de las fuerzas aislacionistas opuestas a la entrada de Estados Unidos a la Segunda Guerra Mundial.
«‘America First’ (Primero Estados Unidos) será el tema principal de mi administración», dijo el magnate en un discurso en Washington.
A seis semanas del fin de las elecciones internas, Trump tiene 991 delegados frente a 568 de Cruz. El magnate necesita cerca de la mitad de los delegados en juego hasta el 7 de junio para llegar al número mágico de 1.237 necesarios y declarar victoria en la convención republicana.
La primaria de Indiana, el 3 de mayo, será determinante. Por ahora, Trump tiene una ligera ventaja, según algunos sondeos.
Para bloquear a Trump, Cruz y el tercer aspirante, John Kasich unieron fuerzas: el senador tendrá el camino libre en Indiana, y devolverá el favor en Oregon y Nuevo México.
Para ese dúo, su única posibilidad es una convención «abierta», algo no visto desde 1976.
– Sanders reduce su campaña –
De lado demócrata, Hillary Clinton se encontraba este miércoles con la vía libre a la investidura. Salvo una sorpresa mayúscula la exsecretaria de Estado llevará el banderín demócrata a los comicios presidenciales de noviembre, la primera mujer en Estados Unidos en llegar a esa etapa.
En un intercambio que anuncia el brutal duelo por la Casa Blanca que se avecina, Trump atacó a la aspirante demócrata acusándola de «jugar la carta de ser mujer» en la campaña.
«Si ella fuese un hombre y se comportase de esta manera, no tendría ninguna voz», dijo el magnate de 69 años a la red CNN.
Clinton retomó el desafío el martes durante su discurso de celebración en Filadelfia, afirmando que «si luchar por la salud de las mujeres, permiso de maternidad remunerado y paga equitativa es jugar la carta de ser mujer, entonces inclúyanme».
Las victorias de Clinton el martes en cuatro de las cinco contiendas en juego, incluyendo los grandes estados de Pensilvania y Maryland, fueron un golpe devastador para Bernie Sanders, quien solo se impuso en el pequeño Rhode Island.
Con 2.168 delegados, incluyendo 500 ‘superdelegados’ (funcionarios y responsables demócratas), la exprimera dama de 68 años supera por mucho a los 1.401 delegados del senador septuagenario. Se requieren 2.383 delegados para obtener la candidatura presidencial demócrata.
En Filadelfia, donde el partido Demócrata celebrará su convención del 25 al 28 de julio, Clinton tendió la mano a los seguidores de Sanders: «hay mucho más que nos une que lo que nos divide».
Pero Sanders, que construyó una apasionada campaña casi desde el anonimato, movilizando a la juventud demócrata en mítines multitudinarios con su mensaje antisistema, promete seguir de pie hasta la convención.
«Estamos en esta carrera hasta el último voto. Vamos a la Convención Nacional Demócrata en Filadelfia con la mayor cantidad posible de delegados para pelear por una plataforma progresista», dijo Sanders, enumerando sus propuestas: salario mínimo de 15 dólares por hora, seguro médico universal y universidad gratuita.
Pero Sanders parece haber enterrado toda posibilidad de derrotar a Clinton. El senador dijo al New York Times que despidió a «centenas» de empleados en varios estados para concentrar sus esfuerzos en California, que vota el 7 de junio.
PUB/IAM