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Varios policías y manifestantes resultaron heridos este jueves en Francia en enfrentamientos durante las manifestaciones contra el proyecto de reforma laboral, que congregaron a decenas de miles de trabajadores y estudiantes.
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Al menos 170.000 personas participaron en las marchas en todo el país, unas 15.000 sólo en París, según la prefectura. No obstante, el principal sindicato, la CGT, informó por su parte de 60.000 manifestantes en la capital y 500.000 en Francia.
Al igual que en anteriores movilizaciones, en París, Nantes (oeste), Rennes (oeste) y Lyon (este) se registraron incidentes durante las manifestaciones convocadas por siete sindicatos.
«24 policías o gendarmes [resultaron] heridos, entre ellos tres de gravedad en París», indicó el ministro de Interior, Bernard Cazeneuve, quien informó también de «124 detenciones» en todo el país.
El primer ministro francés, Manuel Valls, condenó «con fuerza la violencia de una minoría de irresponsables», en un tuit en el que mostró su «apoyo a los policías».
El principal sindicato estudiantil, UNEF, condenó esta violencia, pero también el «uso desproporcionado de la fuerza por parte de la policía» y recordó que «manifestar es un derecho», según su presidente William Martinet.
La calma regresó a París a principios de la noche, antes de que las fuerzas del orden dispersaran a las 01h30 del viernes (23h30 GMT del jueves) a varios centenares de personas que se negaban a abandonar la plaza de República al término de una nueva concentración de Noche en pie autorizada hasta la medianoche. Varias personas fueron detenidas, constató la AFP.
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En Rennes, la prefectura informó de al menos tres policías y un manifestante heridos.
«Todo el mundo detesta la policía», gritaron manifestantes con el rostro cubierto en Nantes y París, donde se destrozaron vitrinas y marquesinas de las paradas de autobuses, constató un periodista de la AFP.
Al lanzamiento de proyectiles y botes de humo por parte de los manifestantes, la policía respondió con gases lacrimógenos y de proyectiles de goma en Rennes.
Esta jornada de protestas, la cuarta en un mes, se considera una prueba para medir la determinación de los opositores a esta última gran reforma del gobierno del presidente socialista François Hollande, cuando falta apenas un año para las elecciones presidenciales.
La anterior convocatoria, el 9 de abril, reunió a 120.000 manifestantes en Francia, según las autoridades. No obstante, el momento álgido de la movilización tuvo lugar el 31 de marzo, cuando marcharon 390.000 personas, según las autoridades, y 1,2 millones, según los sindicatos.
– Retirar el proyecto de ley –
Jean-Claude Mailly, secretario general del sindicato Fuerza Obrera, aseguró que la movilización «no pierde fuerza, porque esta ley plantea verdaderos problemas».
Los manifestantes tienen previsto expresar de nuevo su rechazo durante la tradicional manifestación del 1 de Mayo, así como el 3 de mayo durante el inicio del debate parlamentario de la ley.
Según una encuesta, 78% de los franceses consideran que existe «un alto riesgo de explosión social» en Francia.
Los opositores exigen la retirada de esta ley, que consideran demasiado favorable para las empresas y un factor de precariedad laboral para los trabajadores, especialmente para los jóvenes.
La reforma incluye medidas que otorgarían más flexibilidad a las empresas para contratar y despedir a los trabajadores, en un intento por doblegar el desempleo que ronda el 10% y que afecta principalmente a los jóvenes (24%).
Además de las manifestaciones en todo el país, las huelgas parciales en los transportes provocaron la anulación de un 20% de los vuelos en el aeropuerto parisino de Orly y el retraso de varios en el aeropuerto de Charles de Gaulle.
La movilización comenzó el 9 de marzo y vio nacer a finales de ese mes el movimiento ciudadano «Nuit Debout» («Noche en Pie»), que busca expresar su descontento con la política tradicional, si bien parece estancarse en los últimos días.
A los opositores a la reforma laboral se unieron también los llamados «intermitentes del espectáculo» -profesionales de este sector en Francia que trabajan de manera discontinua- que actualmente mantienen negociaciones sobre sus subsidios de desempleo.
Los intermitentes manifestaban desde el lunes frente al teatro del Odeón, en París, y extendieron su movimiento de ocupación de salas a otras ciudades de Francia.
Aunque llegaron el jueves de madrugada a un acuerdo con la patronal, aún no ha sido firmado por todas las partes.
PUB/IAM