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Aton Chile
En medio de la disputa entre los tradicionales taxis y la aplicación Uber, la ciudadanía sacó la voz. En las redes sociales abundan los mensajes de apoyo para los conductores del servicio de transporte vía online, mientras que los autos de techo amarillo reciben fuertes críticas.
Si bien el Ministerio de Transportes se pronunció para apoyar a los taxistas, la mayoría de los usuarios defiende a Uber con uñas y dientes. ¿De dónde proviene todo ese apoyo popular a la aplicación?
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«Lo que los taxistas argumentan es bastante indefendible: ‘nosotros llegamos primero y cumplimos con la ley’. Pero finalmente la ciudadanía hoy está diciendo ‘no me importa lo normativo, sino que me interesa la seguridad, la calidad del servicio y otros múltiples factores que no me estás dando'», afirma Sebastián Goldsack, decano de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad del Pacífico.
Los usuarios reclaman que por años hubo un monopolio de parte de los típicos taxistas y que su servicio deja bastante que desear, al tener conductores que manipulan los taxímetros para cobrar de más.
Según el experto en comunicaciones, esa historia previa y la urgencia de los actuales usuarios por un servicio seguro y libre de engaños, es la clave para entender esta guerra desatada, no sólo en las calles, sino también en los medios de comunicación.
«Lo que más les duele a los taxistas es que son los mismos usuarios los que les están criticando su modelo de negocios, al dejar en evidencia las malas prácticas que algunos de ellos cometían», indica el decano.
«Cuando surge un servicio alternativo que satisface de mejor forma la necesidad de transporte a los clientes, éstos no van a dudar en cambiarse. Hoy en día las personas no soportan los actos arbitrarios, es decir, si lo atienden mal está dispuesto a denunciarlo y si hay alguien que me da un mejor servicio, me cambio», añade Goldsack.
Además, el especialista asegura que aunque el problema legal se pueda resolver, el problema ya está instalado. «La proclama ciudadana es y seguirá siendo el gran dolor de cabeza de los taxistas. Hoy en día ya nadie quiere abusos, ya nadie está dispuesto a soportar que lo estafen a él o a otras personas», señala.
«La cuenta de más de $40.000 que le cobraron a un argentino por un pequeño tramo y que circula en redes sociales es una muestra más de la indignación existente. Ahora hay una proclama que te hace tener una percepción sobre el tema que finalmente te motiva a favor o en contra», agrega.
«Es decir, hay un marco de referencia conceptual que como ciudadanía te hace estar más dispuesto a tener una adversidad contra los taxis, por la historia previa, por las características de los servicios y la postura de los usuarios», concluye Sebastián Goldsack.
DP/PCP