Hoy en día la corrupción ha permeado tan profundo los niveles institucionales y sociales que pareciera una misión casi imposible enfrentarla. Sin embargo, siempre existen ejemplos que motivan, y más cuando las nuevas generaciones marcan la pauta en el mundo de cómo cambiar la forma de pensar y actuar en consecuencia.
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La juventud constituye la oportunidad de revolucionar y evolucionar. Es un talento, que está alzando la voz en contra de las desigualdades, las injusticias, y está proponiendo cambios de fondo en Brasil, pero también en México; ahí sigue la huella del movimiento #YoSoy132.
Hoy, tenemos la gran oportunidad de dejar atrás la visión asistencialista y clientelar con que nuestro país ha visto a sus jóvenes, para construir con ellos el gran dínamo que hoy puede cambiarlo