Mundo

Duros enfrentamientos en París en la marcha por la reforma laboral

La policía francesa se enfrentó este jueves a encapuchados durante una gran manifestación de protesta contra la reforma laboral en París, después de que algunos asistentes empezaran a romper vitrinas y dañaran vehículos a su paso, constató un periodista de la AFP.

PUBLICIDAD


 

Un centenar de manifestantes que estaban en cabeza del desfile se separaron de la comitiva y tomaron una calle transversal, donde derribaron contenedores de vidrio.

Los encapuchados lanzaron las botellas contra la policía, que respondió con gases lacrimógenos.

Los sindicatos convocaron esta nueva jornada de protestas, la octava desde el inicio del movimiento hace tres meses, contra el proyecto de ley laboral del gobierno socialista.

La parálisis creciente del país, donde hay dificultades para comprar gasolina, se produce a dos semanas de la inauguración de la Eurocopa de Fútbol, el 10 de junio.

Francia semiparalizada por las huelgas

PUBLICIDAD

Las huelgas en Francia contra un proyecto de reforma laboral del gobierno socialista se extendieron el jueves a las centrales nucleares y causaban perturbaciones en el aprovisionamiento de gasolina y los transportes.

Activistas sindicales bloqueaban puentes en tanto que conductores de trenes y controladores aéreos cesaban sus actividades.

Los sindicatos convocaron por la tarde a una nueva jornada de protestas, la octava desde el inicio del movimiento hace tres meses, que en varias ocasiones dieron lugar a violentos enfrentamientos.

La parálisis creciente del país se produce a dos semanas de la inauguración de la Eurocopa de Fútbol, el 10 de junio.

La novena, una concentración única en París, se llevará a cabo el 14 de junio, cuatro días después del inicio del torneo.

El primer ministro Manuel Valls, admitió el jueves la posibilidad de «cambios» o «mejoras» en el proyecto de ley y anunció que recibiría el sábado a representantes «del sector petrolero», aunque volvió a descartar sin embargo el retiro del polémico texto.

El miércoles, Valls había afirmado que la CGT, que lidera las protestas, «no dicta la ley en el país». El jueves, volvió a fustigar la «irresponsabilidad» de esa central sindical.

El secretario general de la CGT, Philippe Martinez, llamó por su lado el miércoles a «una generalización de la huelga».

Según el gobierno, la ley dará mayor flexibilidad a las empresas para luchar contra el desempleo. Sus detractores consideran en cambio que aumentará la precariedad laboral y critican en particular su artículo 2, que da primacía a los acuerdos de empresa sobre las negociaciones por ramas profesionales.

Valls afirmó que ese artículo «no se modificará» y el presidente François Hollande respaldó su determinación en declaraciones desde Japón, donde participa en la cumbre del G7

La contestación divide profundamente a la izquierda. El gobierno tuvo por ello que recurrir a un instrumento constitucional que le permite aprobar la ley sin recurrir a un voto en la Cámara de Diputados, antes de que sea tramitada en el Senado.

– Refinerías y centrales nucleares –

El bloqueo de refinerías y depósitos de petróleo obligó al gobierno a echar mano de sus reservas estratégicas de carburante. El Estado ya había utilizado el miércoles tres de los 115 días de reservas disponibles.

«Haremos todo lo necesario para garantizar el aprovisionamiento de los franceses y de la economía», declaró el presidente François Hollande.

Cinco de las ocho refinerías de petróleo permanecían bloqueadas o funcionaban muy por debajo de su capacidad de entrega, después de que las fuerzas de seguridad dispersaran por la mañana a los activistas que bloqueaban uno de ellos.

Largas colas se forman desde hace días frente a las gasolineras, que en muchos casos racionan la distribución. Los depósitos de casi un quinto de las estaciones de servicio están secos o casi vacíos y una popular aplicación para teléfonos celulares indica dónde queda algún grifo disponible.

La contestación escaló un nuevo peldaño el jueves, con el voto favorable a la huelga en las 19 centrales nucleares, que aseguran el 75% del aprovisionamiento eléctrico del país.

«Entre el 50% y el 80% del personal está en huelga, según los sitios», afirmó la portavoz de la CGT en ese sector, Marie-Claire Cailletaud, admitiendo que, para mantener el flujo, Francia «seguramente se verá obligada a importar energía» de los países limítrofes.

El organismo gestor de la red nacional de electricidad, RTE, afirmó por su lado que «la oferta de producción disponible (…) alcanza para cubrir las necesidades eléctricas del país».

El aprovisionamiento se había reducido a un 25% de su capacidad en la central de Nogent-sur-Seine, a unos 100 km al sudeste de París.

El movimiento de protesta provoca asimismo perturbaciones en los transportes.

La compañía ferroviaria SNCF registró desde el miércoles su quinta huelga desde marzo.

La Dirección General de la Aviación Civil (DGAC) recomendó a las compañías que reduzcan un 15% sus vuelos este jueves hacia el aeropuerto parisino de Orly.

Alemania expresó su apoyo al proyecto de reforma laboral.

«Francia no es irreformable y puede vivir con esas disputas», dijo a la prensa el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble.

– recuerdos del 68 –

Viviane, una jubilada de 66 años que esperaba llenar el tanque en Allier (centro), compara la agitación actual con las dos semanas de huelgas y manifestaciones masivas que en 1968 tuvieron en vilo a la Francia de Charles de Gaulle.

«Me acuerdo de Mayo del 68 y puedo decirle que la escasez no es ninguna broma y que estoy tomando precauciones», afirmó la automovilista.

Pierre Jara, un técnico de televisión por cable, de 40 años, aguardaba su turno en una gasolinera cerca de la capital.

«Estoy con los sindicatos, pero aun así esto me fastidia», dijo a la AFP.

 

PUB/IAM

PUBLICIDAD

Tags


Lo Último