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«La fiscal general de los Estados Unidos, Loretta Lynch, y el director del FBI, James Comey, ofrecieron cooperación técnica para el esclarecimiento de la muerte del fiscal Alberto Nisman», señaló la cartera en un comunicado de prensa.
El ofrecimiento de ayuda fue realizado en una entrevista que mantuvo el ministro argentino de Justicia, Germán Garavano, en una audiencia mantenida en Washington con Lynch y Comey.
Nisman fue hallado en el baño de su apartamento, con un tiro en la cabeza, el 18 de enero de 2015. Era el investigador del ataque explosivo contra la Amia que causó 85 muertos y 300 heridos hace más de 21 años en Buenos Aires.
El fiscal había acusado antes de morir a la entonces presidenta, Cristina Kirchner (2007-2015), de encubrir a los ex gobernantes iraníes imputados por el ataque en Amia y debía declarar por ello ante el Congreso. Kirchner había reclamado a los iraníes, entre ellos el ex presidente Ali Rafsanjani, que aceptasen ser indagados.
Kirchner firmó en 2013 un acuerdo con Teherán para indagarlos pero Irán no lo cumplió. El entendimiento fue cuestionado por Nisman como una presunta obstrucción a la justicia.
Nisman fue hallado por su madre, la primera persona que ingresó al apartamento, cerrado con la llave colocada en la cerradura desde adentro. Junto al cadáver estaba la pistola usada para el único disparo.
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El arma había sido prestada a Nisman por su colaborador informático judicial Diego Lagomarsino. La familia de Nisman considera que Lagomarsino es el mayor sospechoso, pese a que no señala cuáles habrían sido las motivaciones del crimen.
El caso sigue envuelto en un misterio. Una Cámara de Casación aceptó el jueves examinar una apelación de Lagomarsino a la calificación de posible asesinato dictaminada por una jueza de primera instancia.
PUB/IAM