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«Hay que construir un paro general», reclamó el jueves uno de los líderes sindicales de una marcha en Buenos Aires que reunió a miles de personas bajo lluvia y frío para protestar contra «los ajustes y despidos» del gobierno de Mauricio Macri.
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«Si no hay respuestas a nuestros pedidos»para frenar los despidos en el sector público y privado y los aumentos de las tarifas en los servicios básicos, «hay que construir un paro general», clamó Pablo Micheli, líder de la central obrera CTA Autónoma, al cierre de la marcha.
Con lluvia y a unos 10 grados de temperatura en pleno invierno austral, miles de personas marcharon contra lo que consideran una política «de despidos y ajustes», según rezaban las pancartas.
«Si no hay justicia para el pueblo no habrá paz para el gobierno», escribió a mano sobre un papel Estela Gauto, una trabajadora de 45 años, que se definió como militante del proyecto nacional y popular CMP.
Gauto consideró que Macri, que asumió el poder el 10 de diciembre pasado, es «un presidente que recibe órdenes de las grandes corporaciones. Es un retroceso del estado (…) Llegó con el voto de gente engañada por el discurso casi evangelista» de su campaña, dijo a la AFP.
Con la pasión política a flor de piel, característica de un país polarizado entre los seguidores del proyecto centroizquierdista de Néstor y Cristina Kirchner (2003-2015) y del plan liberal de centroderecha de Macri, Griselda Pessoa, lloraba a pocos pasos de la sede de Gobierno.
«No lo puedo creer que ahora esté en la Plaza de Mayo en contra, cuando yo venía a festejar (días patrios) y ahora venimos a defendernos de este gobierno de Ceos, de empresarios que nos están vendiendo, vaciando el país trayendo el hambre de vuelta como en los 90 o mucho peor», señaló.
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Esta manifestación no contó con el apoyo de la influyente central obrera peronista CGT, comandada por el líder del sindicato de camioneros Hugo Moyano, por considerar que no es apropiado convocar a un paro general contra la ley antidespidos y el ajuste y aboga más bien por realizar movilizaciones de calle.
Con una inflación del 25% acumulado en lo que va del año, drásticos ajustes en tarifas de transporte, luz, agua y gas, hay protestas gremiales casi a diario en Argentina.
Hace dos semanas el Congreso, controlado por una mayoría opositora al gobierno, aprobó una ley para frenar los despidos en empresas estatales y privadas, que calculan en 155.000 en lo que va del año.
Macri vetó la norma dos días después con el argumento de que no contribuye a que las empresas inviertan y generen empleo. Fue la reacción a su primera derrota legislativa desde que asumió hace casi seis meses.
PUB/IAM