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En los últimos años, las nuevas tecnologías han transformado el mundo a pasos agigantados y el mercado laboral no se queda atrás en este proceso. Así, las empresas han tenido que adaptarse a las últimas tendencias para mantenerse competitivas, buscando trabajadores que posean conocimientos, pero también soft skills o habilidades de gestión, las cuales se relacionan con la inteligencia emocional, la comunicación y los hábitos personales. Sin embargo, en el futuro no bastará solo con esto.
Elsa Homme, consultor de sales, marketing & IT de Randstad Professionals, relata que de acuerdo al informe elaborado por The Institute for the Future, titulado «Future Skills 2020», se han identificado las habilidades clave que necesitarán los trabajadores de aquí a 10 años. «Una de ellas es el ‘sensemaking’, que es la capacidad de una persona para ‘conectar los puntos’ y ‘entender las señales’ del mundo que le rodea, pudiendo darle sentido y poner en marcha nuevas ideas, que es lo que caracteriza a las personas más creativas. Otra es la inteligencia social, que hace hincapié en la cooperación y en las relaciones interpersonales. Así, entender las emociones de los demás y conectar con ellos es de crucial importancia y en los negocios permite hacer las preguntas correctas», sostiene.
Asimismo, en un mundo en constante transformación es indispensable poseer un pensamiento innovador y adaptable. «Quien no quiera quedarse a mitad de camino tendrá que mirar hacia delante, proponerse nuevas metas, adaptarse a otras realidades y, lo más importante, nunca dejar de aprender», añade la especialista.
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Por otro lado, como las empresas que quieran destacar tendrán que invertir en presencia digital, los profesionales deben hablar el lenguaje «media», aspecto en el que la llamada generación Z lleva ventaja. «Sus miembros han nacido con la tecnología bajo el brazo y están acostumbrados a las interacciones sociales mediante medios virtuales, es decir, dominan el lenguaje digital de forma nativa, algo que cada día tiene más importancia en el mundo laboral», asegura Elsa.
Asimismo, será fundamental adoptar varios puntos de vista, sirviéndose de un enfoque más general de las situaciones, con el objetivo de ver un problema con perspectiva y conseguir solucionarlo creando algo nuevo, una capacidad que los expertos llaman transdisciplinaridad, explica la ejecutiva. Igualmente, «las competencias multiculturales son imprescindibles para aceptar las diferencias y adaptarse a la diversidad en los lugares de trabajo, donde actualmente encontramos gente de diferentes países, culturas y razas«, dice.
Por último, poseer pensamiento computacional, manejar correctamente la información y estar familiarizado con la colaboración virtual, son habilidades que requerirán los trabajadores del futuro. «Las personas proporcionan una cantidad enorme de información sobre ellos mismos y sus gustos. A raíz de esto, las empresas necesitan más analistas de Big Data que sean capaces de asimilarla y canalizarla para obtener ventajas competitivas para la compañía«, apunta Homme.
La ejecutiva suma a lo anterior que «sabemos que hoy las personas están permanentemente recibiendo datos a través de diversos dispositivos y deben saber seleccionarlos, filtrarlos y priorizarlos de una forma creativa, algo que las máquinas no pueden, debe convertirse en una destreza que el trabajador tiene que dominar. Asimismo, muchas compañías utilizan aplicaciones como Skype para realizar reuniones a distancia, Google Drive para compartir documentos o redes sociales internas para poder trabajar conjuntamente con compañeros de otras ciudades y países, creando así una especie de ‘cadena de montaje’ de ideas y fomentando el aprendizaje en línea», finaliza.
DP/PCP