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El centroderechista Pedro Pablo Kuczynski caminaba lentamente este miércoles hacia un posible triunfo en el balotaje presidencial del Perú, con una leve ventaja frente a su rival, la populista de derecha Keiko Fujimori, quien matemáticamente aún puede voltear el resultado.
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Tres días después de la elección y con el 99,37% del escrutinio, el candidato del partido Peruanos por el Kambio (PPK) obtenía un 50,15% de los votos contra 49,85% para la aspirante de Fuerza Popular (FP), hija del hoy preso expresidente Alberto Fujimori, según los últimos resultados difundidos por la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE).
Cuando la ONPE llegue al 100% de actas escrutadas, probablemente el jueves, aún habrá que considerar que algunas de ellas -en torno al 1% del total- están impugnadas, y son revisadas paralelamente por un tribunal electoral para validarlas o no.
Dado el estrecho margen de ventaja, matemáticamente ellas pueden hacer la diferencia.
No obstante, para algunos especialistas, la ventaja de Kuczynski -llamado PPK por sus iniciales- ya es casi imbatible.
«Creo que podemos decir que el triunfo de PPK es definitivo», dijo al diario El Comercio el director de Ipsos Perú, Alfredo Torres.
Consideró que Fujimori «tendría que obtener más del 70% de los votos en casi todas las actas que faltan procesar» para hacerse del triunfo, algo que, dijo, es «materialmente imposible».
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«Nos sentimos tranquilos con los resultados obtenidos debido a que la tendencia es clara», escribió en su cuenta de Twitter la candidata a la segunda vicepresidencia por el PPK, Mercedes Aráoz.
Kuczynski y Fujimori preferían la cautela y no se pronunciaban sobre las cifras.
Hasta el último voto
Pese al panorama aparentemente adverso, los fujimoristas mantenían el optimismo.
«Hemos revisado las actas de nuestros personeros y evaluamos que tenemos muy buenas esperanzas, estamos optimistas y vamos a mejorar nuestra performance», dijo Pedro Spadaro, uno de sus voceros tras reunirse con la candidata.
Spadaro, también legislador fujimorista, aseguró que faltan llegar votos del VRAEM, el valle de la selva central del Perú donde opera el narcotráfico y que también sirve de refugio a los remanentes de la guerrilla Sendero Luminoso, a quienes Fujimori padre enfrentó. Explicó que en ese sector el fujimorismo ha ganado ampliamente.
La ONPE informó que dificultades de seguridad y geográficas dificultan el traslado de la actas de esa zona. Muchas de ellas hacen parte de su recorrido vía fluvial. Es una de las últimas esperanzas del fujimorismo, ya que el voto rural -donde tienen importante apoyo- está casi plenamente contabilizado.
Pese al optimismo, el lunes, el congresista fujimorista Héctor Becerril parecía admitir la derrota: «El sueño del fujimorismo no ha terminado, simplemente se pospone», dijo a la prensa. De ser ese el caso, sería la segunda vez consecutiva que Keiko queda en las puertas de la presidencia. En 2011 perdió ante Ollanta Humala.
Se busca consenso
PPK, exbanquero de Wall Street y exministro de Economía, sabe que en caso de victoria deberá tender puentes con el fujimorismo, que controla 73 de los 130 escaños del Congreso que asume el 28 de julio y en el cual su partido tiene sólo 18 integrantes.
«Una vez terminado este proceso electoral debemos concertar por el bienestar del Perú, pese a las diferencias políticas», admitió Aráoz.
«Buscaremos a los mejores peruanos, independientemente de su orientación política, para construir un Perú mejor», agregó la candidata a la segunda vicepresidencia por el PPK en Twitter.
No obstante, la legisladora del fujimorismo, Luz Salgado, aseguró que primero tendrán que presentarles sus disculpas, por haberlos vinculado con el narcotráfico. «Vemos un doble discurso», aseguró, mostrando aún un ambiente tenso entre ambas fuerzas.
Gano el antivoto
El apoyo a Kuczynski evidenció el rechazo que genera en la mitad de la ciudadanía el clan Fujimori, que ha marcado la vida política del país a partir del autocrático régimen de Alberto Fujimori (1990-2000), quien purga una pena de 25 años por corrupción y crímenes de lesa humanidad.
Denuncias de lavado de dinero contra el exsecretario general del fujimorismo Joaquín Ramírez, y el intento por desacreditar esa acusación por parte de su candidato a la vicepresidencia, José Chlimper, perjudicaron a Keiko y evocaron viejas épocas del gobierno de su padre, cuando campeó la corrupción y la compra de voluntades.
A ello se suma una masiva marcha que hubo en todo el país para rechazar la vuelta de un Fujimori al poder.
PPK recibió el importante apoyo de la popular dirigente de izquierda Verónika Mendoza, quien quedó tercera en la primera vuelta, y cuya agrupación política, Frente Amplio, consiguió 20 escaños en el Congreso. Será otra fuerza con la que tendrán que conversar.
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