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Camila Albertini
Polémica causaron esta mañana los dichos del presidente de la Asociación de AFP, Rodrigo Pérez Mackenna, al señalar en una entrevista con La Tercera que el hecho de que las mujeres jubilen a los 60 años es «un acto de galantería que nos está costando caro».
Al respecto, María de los Angeles Fernández-Ramil, académica de la Universidad de Talca y presidenta de Hay Mujeres (organización que promueve la visibilidad de las mujeres a través de su voz y su opinión como una dimensión de su liderazgo) comenta que la realidad cercana del presidente del gremio es diferente a la de la mayoría de las mujeres en Chile.
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«Es probable que el señor Pérez Mackenna hable a partir de la realidad femenina que mejor conoce: un mundo de mujeres acomodadas y que tiene la vida resuelta. Pero no es el caso de la inmensa mayoría de las mujeres de Chile y, mucho menos, de las que son jefas de hogar», dice Fernández-Ramil.
Eso sí, la experta concuerda en la necesidad de que ambos sexos jubilen a la misma edad «para llegar a una igualdad efectiva con los hombres». Sin embargo, este escenario parece ser aún utópico para la realidad chilena actual, ya que «ambos no llegan en iguales condiciones a la meta de los 60 años«.
Una de las diferencias entre los roles que todavía cumplen los hombres y mujeres en este país es que éstas últimas continúan con el efecto «doble jornada».
Fernández- Ramil explica: «El efecto de la «doble jornada» en las mujeres también justifica esa jubilación más temprana porque trabajan intensamente y más horas que sus pares varones en tareas productivas (mundo laboral remunerado) pero también en tareas reproductivas (cuidado y crianza, no remunerado)» y agrega que «cuando eso se corrija y haya un pacto social donde hombres y mujeres puedan hacer tareas de ambos mundos, privado y público, podremos hablar de anticipar la edad de jubilación con criterio de justicia».
Esta situación es la que, a juicio de la experta, Pérez Mackenna parece desconocer. «El señor Pérez Mackenna desconoce que las mujeres que han ingresado al mundo laboral no han podido desligarse de la responsabilidad por el trabajo doméstico».