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Liam Hemsworth y Jennifer Lawrence han sido buenos amigos desde hace poco más de cuatro años, cuando comenzaron a trabajar en la saga de «Los Juegos del Hambre».
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Lawrence es considerada una de las actrices más guapas y sexies de los últimos años en Hollywood, pero también es de lo más divertida y ocurrente. Además no le tiene miedo al ridículo, ella se cae y no le importa, hace muecas horrorosas, se burla de su propio cuerpo y hace bromas incómodas.
Por eso, trabajar con la oscarizada actriz, también puede llegar a ser un gran reto para la paciencia, pero sobre todo para las mentes conservadoras, ya que como lo dijo Liam Hemsworth, la rubia de 25 años no tiene pena alguna al momento de hablar.
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Durante su más reciente visita a «The Graham Norton Show» para promocionar su nueva cinta «Independence Day: Resurgence», el prometido de Miley Cyrus recordó algunos de los momentos más memorables junto a su colega y amiga en el set de «Los Juegos del Hambre».
“Muchas veces ella, justo antes de una toma, se volteaba hacia mi y me preguntaba si me gustaba tener sexo con canguros. O cualquier otra cosa por esa misma línea”, recordó el sexy australiano. Y luego añadió, “¡Nunca sabes qué es lo que va a salir de su boca!”
Durante el relato, Dwayne Johnson, su coestrella en la secuela de la cinta de ciencia ficción, le pregunto, “¿Y tu respuesta fue…?”.
“¡Absolutamente!”, respondió Hemsworth, “eso es lo que hacen los australianos”.
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Liam saltó a la fama en 2010 tras interpretar el papel de «Will Blakelee» en la película «La última canción» basada en el libro de Nicholas Sparks del mismo nombre, sin embargo se consolidó en el mundo del cine con la saga de «Los juegos del hambre» (2012-2015).
Hemsworth nació en Melbourne, Australia, es hijo de Leonie, una profesora de inglés, y Craig Hemsworth, un asesor de servicios sociales. Sus dos hermanos mayores, Luke Hemsworth y Chris Hemsworth, también son actores. Liam ha dicho que aunque hay competencia entre ellos por los puestos de trabajo no es motivo de pelea: «Somos hermanos y siempre somos competitivos, pero es algo bueno, que nos echa hacia delante y estamos encantados cada vez que alguien o algo nos hace competir». Durante su infancia, toda la familia se mudó a Phillip Island, una pequeña isla al sudeste de Melbourne.
