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Uno de los más afectados por la muerte de Rubén Aguirre, mejor conocido como el «Profesor Jirafales», es su amigo y compañero de elenco Édgar Vivar quien daba vida al «Señor Barriga».
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Fue el mismo Vivar quien esta mañana anunció el fallecimiento de su colega a través de redes sociales, con el siguiente mensaje: «Mi profesor favorito descansa en paz… Hoy mi gran amigo Rubén Aguirre parte de este plano. Te extrañaré mucho».
Posteriormente publicó su último foto juntos.
Y los homenajes a su querido amigo, a su «Papá Ganso», como Édgar llamaba a Rubén, continuaron. «El Señor Barriga», escribió unas emotivas palabras de despedida para su querido profesor. Las cuales nos dejan ver la mágica amistad que había entre ellos, además de regalarnos algunas divertidas vivencias.
Esto fue lo que escribió en sus redes sociales:
Sería el domingo…
Este próximo domingo que iría a verte,y no será posible ya.
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72 horas mas y hubiese podido darte un abrazo.
Me queda un sabor amargo ,una tristeza infinita y la sensación de vacío.
Que ganas de poder conversar una vez mas contigo, recordar nuestras andanzas en el circo, nuestros «tours gastronómicos» y cuando yo te llamaba Papá Ganso, al momento que arreabas a tus siete gansitos.
Cómo olvidarte haciéndole faena al » oro biónico» ,tus eternos pases taurinos ,tu manía ambulatoria; aquél rancho que servirá de referente familiar siempre, de la «Lirio» y de la «Chilena»…
Memorable un apresurado viaje hacia el aeropuerto de Monterrey en un carro donde sabíamos que se hallaba una tarántula escondida.
Agradecerte tus enseñanzas de como llevar a cabo un concurso para los niños, los que SIEMPRE te quisieron, por eso, pero sobre todo por ser mi amigo.
Gracias Rubén…
Gracias Papá Ganso.
Además, durante una entrevista a Radio Red, Édgar habló de su cercana relación con Aguirre, además de que contó cómo era el querido «Profesor Jirafales».
«Rubén Aguirre era un excelente cronista taurino, un hombre sumamente inquieto, con una cultura muy amplia, le agradezco que me haya llevado a trabajar al circo, él durante muchos años de su vida estuvo con su circo, recorrió México y Sudamérica».
Vivar continuó: «Era un hombre que no podía estar sentado, siempre estaba caminando, en sus años mozos fue torero. Era muy divertido, teníamos sesiones de cartas cuando viajábamos juntos, haciendo giras en el circo, siempre se las ingeniaba para ganar, nunca le pude caer en alguna trampa, per tampoco le pude ganar, era muy gracioso».
