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Tres horas tuvieron que pasar para que el comando especial de la policía conocido por las siglas SWAT en inglés entrara a la discoteque Pulse de Orlando y abatiera a Omar Mateen. En ese periodo de tiempo, Mateen asesinó a 49 personas e hirió a otro medio centenar, en el tiroteo más mortífero en la historia de los EEUU.
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Pero, ¿por qué tardaron tanto tiempo? “Hubo conversaciones sobre chalecos bomba y él hizo declaraciones que implicaban una pérdida inminente de vidas”, dijo el jefe de la policía de Orlando, John Mina, a medios locales. Por su parte Mark Canty, comandante de las SWAT, dijo a CNN que el hecho de que Mateen pudiese tener explosivos en su poder fue el factor más determinante para que su equipo tardara tanto en emprender el rescate de los sobrevivientes.
En las llamadas que Mateen hizo a la policía, juró lealtad al autodenominado Estado Islámico de Siria, además de amenazar con poner chalecos bomba a cuatro rehenes y ubicarlos en las cuatro esquinas de la discoteque, para hacerla explotar en caso de que decidieran entrar al local. Así lo informó el alcalde de Orlando, Buddy Dier, quien estuvo presente en las conversaciones.
El protocolo de las SWAT establece que cuando existe una amenaza de bomba, los agentes deben mantener una distancia de 305 metros de la escena del crimen, del lugar donde puede estar ubicado el explosivo.
Al evaluar la situación, el comando policial tomó la decisión finalmente de irrumpir en el lugar derrumbando una pared con una explosión controlada y, ayudados con un carro blindado, entrar al recinto y neutralizar al agresor. Hasta el momento, el FBI no ha confirmado efectivamente que Omar Mateen haya estado en posesión de explosivos.
PUB/FHA