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De ser cartero a jugar la Eurocopa: El Vardy de Irlanda del Norte

El delantero de Irlanda del Norte, que hace cuatro años era cartero, ha tenido un meteórico ascenso en su carrera y además de ser seleccionado, ahora juega en el Queens Park Rangers.

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El fútbol siempre tendrá historias de esfuerzo que contar. Siendo un deporte donde sólo se necesita una pelota y un espacio físico para jugar, la mayoría de los niños tienen oportunidad de practicarlo y de ilusionarse con llegar a lo más alto. Es así como algunos surgen desde lo más bajo para encontrar una oportunidad como profesional y darle un giro en 180 grados a su vida. 

Pero como están aquellos que llegan a un privilegiado sitial, hay otros que, por condiciones o por aburrirse en el intento, fallan en el camino y deciden dedicarse a otra actividad. Y hay también aquellos que parece que nunca encontrarán su oportunidad, pero que siguen intentando y nunca se dan por vencidos. Un claro ejemplo de este último caso es el de Jamie Vardy, quien, como ya es conocido, hace seis años militaba en la octava división de Inglaterra y trabajaba en una fábrica para obtener más dinero. 

El resto de la historia ya está en boca de todos: un meteórico ascenso que lo llevó a Leicester, donde fue sorpresivo campeón de la Premier League, y ahora a la selección de Inglaterra. Pero la historia de esfuerzo, constancia y superación del delantero sensación de Inglaterra no es la única que hay en la Eurocopa e Irlanda del Norte tiene a su propio Jamie Vardy: Conor Washington. 

Pese a que el nombre del delantero norirlandés de 24 años no tiene el mismo revuelo que el de Vardy, sus historias son muy similares y no por nada el delantero inglés es el ejemplo a seguir de Washington. Es que hace cuatro años, cuando en Ucrania y Polonia se disputaba la anterior Eurocopa, el atacante se encontraba trabajando de cartero para sumar un dinero extra mientras perseguía su sueño de ser futbolista profesional. Las similitudes están a la vista.

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La historia futbolística de Conor Washington se remonta a 2010, cuando el modesto Saint Ives Town de la novena categoría del fútbol inglés recibe en sus divisiones menores a un jugador de 18 años que había sido rechazado por clubes de primer orden, tales como Norwich City. 

Así se iniciaba la aventura futbolística de Conor Washington, un nacido en Inglaterra, de madre escosesa y abuela norirlandesa. Pero recién en 2014 su carrera daría un giro. Tras sus pasos por el St.Ives Town (2010-2012), el Newport County (2012-2014) de la quinta división inglesa y tener que trabajar como cartero para tener un dinero extra que le permitiera seguir con su sueño, dio el gran salto al fichar por el Peterborough de la tercera división (League One), el mismo equipo que lo había rechazado hace unos años. .

Pese a un difícil comienzo, el atacante empezó a acostumbrarse y en su segunda temporada, la 2015/2016, demostró el poder goleador por el que se habían fijado en él, marcando diez goles en 21 partidos. Diez goles que le permitieron ser observado por el Queens Park Rangers de la Championship League, segunda división inglesa, club que pagó 2,3 millones de libras por su pase en el mercado invernal europeo. 

El sueño de Conor Washington iba viento en popa y aún le faltaba un sueño más: ser llamado por una de las tres selecciones que podía representar. Aunque no había anotado en su nuevo equipo, sabía que podía ser citado por un equipo nacional y fue Irlanda del Norte, tierra de su abuela, el que le dio la oportunidad. 

El 24 de marzo seguramente es una día que nunca olvidará y fue ahí cuando, en un Cardiff City Stadium repleto, el delantero salía de titular para el partido de los norirlandeses ante Gales. Aunque no pudo marcar, estuvo en cancha durante todo un tiempo y presenció la igualdad a un tanto. De a poco se iba ganando un espacio y se ilusionaba con la posibilidad de disputar la venidera Eurocopa, donde su selección había clasificado por primera vez. Con dos goles, ante Bielorussia y Eslovenia, en los otros tres amistosos que disputó, convenció al técnico y ahora está en Francia para el torneo de selecciones del Viejo Continente. 

Las épocas de cartero y de futbolista semiprofesional quedaron atrás y ahora se codea con grandes estrellas, a quienes espera algún día alcanzar. A sus 24 años, las siguientes declaraciones quedaron atrás: «Llevaba paquetes y el correo en bicicleta. Era muy duro en invierno, cuando todo estaba helado. Me ganaba la vida como cartero y jugaba al fútbol al mismo tiempo. Era una locura pero disfrutaba«

Una historia más de entrega y de esfuerzo que deja el fútbol y que podría tener su broche de oro con Conor Washington celebrando un gol en la Eurocopa de Francia. Al menos todavía le queda la chance de batir a un gigante como Alemania o de un posible partido de octavos de final, donde su selección aún lucha por entrar. Si pudo ganarle al destino, porque no podría hacerlo con los bávaros. 

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