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Pablo Contreras Pérez
Esta semana se inicia una de las discusiones más complejas para el Gobierno, ya que repercute en el bolsillo de miles de chilenos: el reajuste del salario mínimo.
Desde el 1 de enero pasado que éste está fijado en $250 mil y ahora el Gobierno tiene que decidir en cuánto lo va a subir y ya se rumorea un porcentaje, mientras que los parlamentarios de la Nueva Mayoría ya plantearon cuál sería el guarismo adecuado: un 2,2%.
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«La economía está atravesando por una situación compleja, donde las cifras de empleo del INE dan cuenta que las empresas están haciendo un esfuerzo importante en mantener los actuales niveles de empleo a pesar de la caída promedio en el crecimiento de sus ventas. Por lo mismo, es un muy mal momento para hablar de un ajuste relevante», sentencia Mario Valenzuela, vicedecano de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad San Sebastián (USS).
Tomando eso en cuenta «yo creo que la primera aproximación va a ser una cifra algo más cercana al 2% que al 3%», adelanta Tomás Flores, economista y académico de la Universidad Mayor.
Tomando en cuenta esos porcentajes, usted debiese recibir en sus bolsillos un ingreso extra superior de entre $5 mil y $7.500.
Pero ¿por qué este reajuste sería inferior a lo que ha subido el costo de la vida? «Si bien es cierto la inflación ha sido algo más alta el primer semestre, al parecer va a ser más baja en el segundo y habitualmente los reajuste del salario tiene que ver más con la inflación que viene que con la que hubo«, explica el también subsecretario de Economía del gobierno anterior.
Los expertos subrayan que dada la situación actual, hacer un reajuste mayor generaría que las personas pierdan su trabajo o que quienes buscan uno no lo consigan.
«Habrá más gente ofreciendo su trabajo y una menor cantidad de empresas dispuestas a pagar esos mayores salarios en presencia de un menor crecimiento del gasto en consumo (…) habría empresas tentadas a ajustar sus nóminas de trabajadores contribuyendo a generar mayores tasas de desempleo«, advierte Valenzuela.
Reajuste año a año
Salvo en los dos años anteriores en que el Gobierno y la CUT llegaron a un acuerdo para que el sueldo mínimo llegara a la cifra actual, este reajuste se hace año a año y siempre en medio de tumultuosas negociaciones. Consultados, los economistas indican que esto podría llevarse de otra manera.
«Tal vez con una posibilidad es que se pueda negociar en un plazo más largo, permitiendo ajustes entre medio, dependiendo de un cambio en la condición económica«, dice Flores.
Algo en lo que coincide el académico de la USS, señalando que «se debiera tener una visión estratégica de largo plazo, donde se proteja anualmente el poder de compra de los asalariados conforme evoluciona el costo de vida en el futuro».
Eso sí, a juicio de este economista, también se deben considerar otros factores como la productividad, «que se consigue con mayores niveles de formación y capacitación»; también apunta a incluir en la ecuación «el aumento de los precios relativos y excedentes de las empresas y con un mayor crecimiento económico». Anticiparse a tal proceso, o ir más allá, debiera generar tan sólo un mayor desempleo, por bien intencionadas que pudieran parecer para la opinión pública tales iniciativas.