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La Cámara de Diputados aprobó el veto presidencial a algunos aspectos de la reforma laboral, con el foin de equilibrar las relaciones entre trabajadores y empleadores, según el mensaje del Ejecutivo. La iniciativa debe ser ratificada ahora por el Senado.
En sus argumentaciones, el gobierno explicó que tras la decisión del Tribunal Constitucional, de declarar como inconstitucional las normas referidas a la titularidad sindical, fue necesario revisar las restantes disposiciones «en aras de garantizar la eficacia de las normas y de restablecer los equilibrios perdidos en el sistema de relaciones laborales».
En ese sentido, según el Ejecutivo, la supresión de las normas de titularidad sindical desequilibra el sistema propuesto de negociación de pactos sobre condiciones especiales de trabajo, como son la distribución de las jornadas de trabajo o el tiempo de preparación para trabajar.
Por ello, añadió el mensaje del Ejecutivo, para reestablecer dicho equilibrio en las relaciones entre trabajadores y empresarios, se hizo indispensable revisar las normas de quórum de negociación y eliminar tres de los cinco pactos de adaptabilidad contemplados en el proyecto aprobado previamente por el Congreso.
Los tres pactos eliminados corresponden a los que permitían pactar sistemas excepcionales de jornada de trabajo y descanso; los de horas extraordinarias y los referidos al sobre tiempo de preparación para trabajar y jornada pasiva.