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El suicidio es un asunto que afecta a millones de familias en el mundo. Cada año se matan casi un millón de personas. Es decir, hay una muerte cada 40 segundos. Fuera de eso, es una de las principales causas de muerte entre las personas de 15 a 44 años, según estadísticas de la Organización Mundial de la Salud, entidad que reconoce que no hay suficiente cobertura para atender a personas con enfermedades mentales como la depresión.
Peor aún si se habla de redes sociales. Hace poco, una joven francesa llamada Océane impactó al mundo al suicidarse vía Periscope, ante la burlona indiferencia de quienes la seguían en esta red social. La muchacha, traumatizada por la violación de su exnovio, no aguantó más y se tiró a las vías del tren, dejando a todo el mundo en shock.
Y así se podría continuar con casos de personas que al ser expuestas al acoso, las burlas sobre su vida íntima y las amenazas se suicidan. ¿Se acuerdan de la pobre niña Amanda Todd, cuyas fotos fueron expuestas en la red social por un pederasta? ¿Se acuerdan lo que le pasó en sus escuelas, al ser golpeada y humillada por eso? ¿Se acuerdan de su video? Amanda terminó matándose y hasta Anonymous intervino en el caso.
Por eso ya existen herramientas que permiten a los cercanos ver si alguien está a punto de acabar con su vida. Y si alguien lo anuncia hay que tomar esta advertencia muy en serio. Pero lo que le pasó al mexicano conocido como «Tiburón Mininos Gallegos» se hizo viral por otras razones: porque el susodicho «resucitó» y ahora le cobran todo lo que dijo e hizo.
Sus fotos fueron compartidas más de cuatro mil veces y hasta ya le tienen comunidad de Facebook. Todo comenzó porque su mujer le dijo que era un «fracasado».
Siguió en su crisis depresiva, anunciando que se mataría. Hasta mostró las pastillas con las que iba a perpetrar el acto:
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Hasta que por fin se «murió» (¿quién le habrá tomado la foto?). Eso pasó el lunes.
De inmediato, sus supuestos familiares anunciaron que el hombre había cometido el acto y que ahora manejaban su cuenta. Pedían respeto.
Pero repentinamente, el señor Tiburón volvió a la vida, de alguna forma.
En sus actualizaciones de Facebook se ve que su supuesta hermana pide que recen «por su resurrección», para luego, posteriormente, hacerlo y sentirse «muerto». El hombre tiene su propio negocio y vive en Estados Unidos. En su último estado, supuestamente escribió que no sabía qué hacía ahí.
Pero su estado comenzó a viralizarse. Incluso en su propia página comenzaron a llegar los memes.
Luego siguió la creación de la comunidad de Facebook con su nombre. Por ahora no se sabe si todo es un hoax, pero las fotos ahora generan burlas y comentarios de indignación de algunos internautas debido a que el suicidio es un asunto que no se puede frivolizar.