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Aunque «Silent Hill» es un videojuego muy popular, hace 10 años se estrenó la primera película que cuenta la retorcida historia de Alessa Gillespie y su venganza. De cómo torturó y mató a todos los que la arruinaron en el Otro Mundo creado por ella. Y de cómo creó a «Sharon», tan inocente pero a la vez tan perturbadora:
Sharon, en la película, es la encarnación pura de Alessa y meterá en problemas (prácticamente al horrible pueblo) a sus padres adoptivos. Su madre, Rose, es la que entenderá su historia y verá su espantosa venganza contra los que quemaron viva a Alessa/Sharon en los años 70. Verá cómo esa muchachita quemada que ahora es una mujer, a través de su hija matará al resto de la población.
«Dark Alessa» es uno de los personajes principales de «Silent Hill». Su espíritu puede dividirse y representa a la «Santísima Trinidad». Alessa misma representa a Dios, pues puede controlar a voluntad a todos los que están en su universo. De hecho, para ellos planeó la peor de las muertes y la tortura eterna gracias a sus poderes malignos. Y de esta manera, creó criaturas espantosas en el universo del pueblo que era tragado por la oscura realidad mágica de la niña.
Una de las cosas más terroríficas de la película, es ver cómo al conserje que la violó lo llegó a hacer una piltrafa que se excavaba a sí misma y tenía siempre alambres de púas, entre otras cosas:
Alessa se encarnó en Sharon, perturbada niña que dibujaba demonios y era sometida por su espíritu madre al sonambulismo y casi hasta el suicidio. Esta fue interpretada hace diez años por la actriz canadiense Jodelle Ferland, que actualmente tiene 21 años:
También estuvo en «Crepúsculo», como Bree Tanner. Asimismo, estuvo en «Paranorman» y en «Red». Ella estuvo nominada a un Emmy y también ha ganado varios premios juveniles por su actuación. Tiene 25 mil seguidores en Instagram y antes de «Silent Hill» estuvo en series como «Dark Angel».
Ama el cosplay y sigue trabajando. Hace poco se le vió en la serie «Dark Matter». Lo que más aman sus fans son sus rasgos delicados y asiáticos y el contraste con sus ojos azules, que tanto miedo dieron en «Silent Hill».