PUBLICIDAD
AFP
El ayuntamiento de Barcelona presentó este martes un plan para combatir la elevada presencia de apartamentos turísticos ilegales en esta ciudad española que aumentará hasta 600.000 euros (poco más de $450 millones) las multas contra sus propietarios o las plataformas de promoción como Airbnb.
«El gobierno municipal introducirá cambios en el régimen sancionador que se aplica hasta ahora (…) Queremos llegar a sanciones máximas de hasta 600.000 euros», explicó en una rueda de prensa la responsable municipal de urbanismo Janet Sanz.
PUBLICIDAD
Las primeras en recibir este tipo de sanciones podrían ser la compañía estadounidense Airbnb y su competidora HomeAway. Ambas fueron multadas en diciembre con 30.000 euros (poco más de $22 millones) cada una por promocionar en sus webs alojamientos turísticos sin los permisos necesarios para operar como tales.
Desde entonces, estas páginas no retiraron estos anuncios por lo que el consistorio se plantea iniciar el proceso para imponerles otra multa, en este caso de 600.000 euros por reincidencia, dijo Sanz.
El ayuntamiento, dirigido desde hace un año por la activista Ada Colau, aliada del partido de izquierda radical Podemos, se impuso como una prioridad regular la desenfrenada actividad turística de esta ciudad mediterránea de 1,6 millones de habitantes, visitada anualmente por 27 millones de personas según los datos del consistorio.
Una de sus principales líneas de actuación es perseguir los alojamientos turísticos ilegales que, según algunos estudios, ya duplican la oferta de alojamiento convencional.
«Esta oferta ilegal tiene un impacto muy duro en nuestro barrios, aumenta los precios del alquiler, genera economía sumergida y juega en contra de la convivencia con los vecinos», dijo Sanz.
El gobierno municipal también impuso una moratoria de un año en la concesión de licencias de alojamiento turístico y quiere aprobar un plan urbanístico para impedir la apertura de nuevos hoteles en el centro de la ciudad.
En los últimos años, el turismo es objeto de debate en Barcelona: por una parte genera entre el 12 y el 14% de su Producto Interior Bruto pero también provoca malestar entre los vecinos de las zonas más visitadas por la saturación del espacio público y el encarecimiento de los precios.
