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Dos amigas de Rousseff hacen una “vaquita” para ayudarla con los viajes

Dos amigas de la presidenta suspendida de Brasil, Dilma Rousseff, iniciaron hoy una campaña de recaudación de dinero para pagarle los viajes por el país, después de que el gobierno interino le restringió el uso de aviones oficiales.

Dos amigas de Dilma Rousseff que lucharon contra la dictadura en los años 70 lanzaron este miércoles un proyecto de «crowdfunding» para financiar la campaña de la ahora suspendida presidenta de Brasil contra su destitución.

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Bautizada «Jornada por la Democracia – Todos por Dilma», la iniciativa fue montada en la plataforma de financiación participativa «Catarse.me» y en sus primeras cuatro horas había recolectado 66.226 reales (unos 20.377 dólares) en 747 microdonaciones que parten de 10 reales (unos 3 dólares).

El proyecto busca paliar las restricciones financieras, que según denuncia Rousseff, le impone el gobierno interino que la sucedió para viajar y hacer proselitismo mientras el Senado juzga si debe destituirla definitivamente por haber aprobado gastos sin autorización del Congreso, de acuerdo con la acusación formal.

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La mandataria continúa habitando el espectacular Palacio de Alvorada en las afueras de Brasilia, pero afirma que el gobierno de Michel Temer -su vicepresidente devenido en enemigo acérrimo- le restringió el uso de aviones oficiales para trasladarse a los actos en defensa de su mandato, el pago de su alojamiento en hoteles y hasta le llegó a cortar gastos menores como alimentos.

«Encontramos importante abrir una cuenta donde las personas pudieran hacer donaciones y que haya recursos disponibles que la presidenta pudiera usar para sus viajes», dice Guiomar Silva Lopez, médica de 72 años, en un video insertado en el sitio de internet cuyo lema es «Financiamiento colectivo para todos».

Lopez compartió prisión con Rousseff, de 68, luego de que fuera capturada cuando militaba en una guerrilla marxista, y es una de las cocreadoras de la idea junto a María Celeste Martinez, de 74, que la conoció en la clandestinidad cuando enfrentaba al régimen militar en la década de 1970.

La meta del proyecto es llegar a 500.000 reales.

Mientras Rousseff espera la sentencia de su caso, que podría ocurrir en agosto, Temer conduce la jefatura de Estado y trabaja para asegurarse de terminar el mandato a fines de 2018. La presidenta dice ser víctima de un golpe ejecutado por un grupo de parlamentarios que tomó el poder sin recurrir a las urnas.

Los que apoyen económicamente a Rousseff tendrán todos la misma retribución, sin importar la cantidad que desembolsen: una mención en el sitio dilma.com.br, una foto autografiada en versión digital y un video de agradecimiento.

 

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