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Mientras las cifras de desempleo comienzan a preocupar, la percepción de la gente siguen la misma línea. Así lo revela la última Encuesta de Percepción del Desempleo de Libertad y Desarrollo (LyD) correspondiente a junio de 2016.
Este sondeo da cuenta que el nivel alto o muy alto de temor a perder el empleo llegó a un 50%, siendo la cifra más alta desde que se realiza la encuesta (2004) y sube dos puntos porcentuales respecto de marzo pasado y cuatro puntos con respecto al mismo mes de 2015.
En cuanto a las expectativas a corto plazo, sólo un 14% de los encuestados espera que la situación general de empleo mejore en los próximos tres meses, cifra que se mantiene con respecto a marzo de 2016 y es tres puntos mayor a la de un año atrás. En cambio, un 43% espera que la situación empeore en el mismo lapso de tiempo, superior al 40% que lo pensaba en marzo de 2016 y 38% en junio de 2015.
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A su vez, al alargar a un año el plazo para la pregunta anterior se mantiene un escenario pesimista; un 21% de los encuestados cree que la situación de empleo mejorará y un 31% cree que empeorará.
En esta misma línea, en la pregunta incorporada en marzo de 2015 sobre el plazo en que cree que el familiar desempleado tendrá oportunidad de encontrar trabajo, sólo un 39% cree que lo hará en tres meses (48% en marzo de 2016 y 44% en junio del año pasado). Sin embargo, quienes creen que lo harán en un plazo de 12 meses llega a 40%, lo que significa un aumento de seis puntos porcentuales frente a la medición de marzo del presente año y a la de junio de 2015.
Familiar sin trabajo
En tanto, el porcentaje de familias que tiene a algún miembro sin trabajo llega a un 45%, manteniéndose los niveles de marzo de 2016 y registrándose un aumento de tres puntos porcentuales respecto del mismo mes del año pasaso. Casi en un cuarto de los hogares que responden afirmativamente a esta pregunta habría 2 o más personas desempleadas.
Dentro de las familias que tienen al menos un desempleado dentro de su hogar, un 57% corresponde a jefes de hogar, cifra que se mantiene con respecto a la medición anterior y es levemente superior a la de junio de 2015 (55%).
Por su parte, la percepción del actuar del Gobierno frente a la disminución del desempleo obtiene su registro más bajo: sólo un 25% cree que ha hecho lo necesario, mientras que un 71% no lo piensa así.
Una mejor remuneración suele ser -por lejos- la principal aspiración dentro del trabajo en los períodos de bonanza económica. Sin embargo, este sondeo da cuenta que en el actual escenario, la establidad y seguridad del trabajo cobran casi la misma relevancia, ubicándose esta última en un 45% (40% en marzo de 2016 y 38% en junio de 2015) y quienes buscan un mejor sueldo bajan del 40% de marzo y del 52% de hace un año.
Por otro lado, el 48% de los trabajadores señala que la empresa en la cual trabaja cumple siempre o casi siempre con los acuerdos con sus trabajadores, cifra que representa un deterioro respecto al período anterior y a 12 meses atrás.
Más allá del nuevo resultado, en general en 2014, 2015 y lo que va 2016 se ha dado una caída en la percepción de cumplimiento de las empresas, lo que a juicio de LyD podría estar respondiendo al ambiente de desconfianza y malas perspectivas tanto empresariales como de los consumidores para con las empresas. Todo esto en medio de la mediática discusión de la reforma laboral.
DP/PCP