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Años antes del 20 de marzo de 2003, día en el que Estados Unidos y los «países dispuestos» invadieron Irak sin la autorización de las Naciones Unidas, el entonces presidente del país del norte George W. Bush mantuvo con Tony Blair, ex primer minitro del Reino Unido, una intensa correspondencia.
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Parte de ella fue revelada por el Informe Chilcot, llevado a cabo por un grupo de investigadores independientes liderados por John Chilcot, sobre el papel de Blair en la invasión británica de Irak.
Estas notas y correos arrojan luces sobre una de las decisiones más polémicas del líder laborista. Esto, debido a que la mayoría de la población británica se oponía a la invasión.
En la correspondencia, por ejemplo, queda en evidencia que Blair y Bush ya hablaban de una invasión a Irak y del derrocamiento de Saddam Hussein en octubre de 2001, solo un mes después del atentado a las Torres Gemelas de Nueva York el 11 de septiembre de ese año.
«Hay una voluntad real en Medio Oriente de derrocar a Saddam, pero una oposición total a mezclar esto con la operación actual (el bombardeo a Afganistán)», escribió Blair a Bush el 11 de octubre de 2001.
«No tengo ninguna duda de que necesitamos ocuparnos de Saddam. Pero si golpeamos Irak ahora, perderíamos al mundo árabe, a Rusia y probablemente a la mitad de la UE, y mi temor es el impacto de todo esto sobre Pakistán», agregaba.
El 4 de diciembre de 2001, Blair escribió: «»Si el derribo de Saddam es un objetivo prioritario, es mucho más fácil hacerlo con Siria o Irán a favor o con su consentimiento, en lugar de golpear a los tres al mismo tiempo, estoy a favor de dar a estos dos una oportunidad para una relación diferente…».
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Y el 18 de julio de 2002, 8 meses antes de la invasión a Irak, Blair le dijo a Bush: «Estaré contigo pase lo que pase. Pero este es el momento para evaluar sinceramente las dificultades. El planeamiento de esto y la estrategia es lo más difícil. Esto no es Kosovo. Esto no es Afganistán. Ni siquiera es la Guerra del Golfo».
«La parte militar de esto es muy peligrosa, pero me concentraré principalmente en el contexto político para el éxito», agrega Blair.
«Deshacerse de Saddam es lo correcto. Es un enemigo potencial», asegura.
PUB/FHA