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No se trata de una película de ciencia ficción, sino de la vida real. Muy pronto los insectos podrían salvarnos la vida ante un posible atentado con bomba.
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Al menos eso pretende un grupo de científicos que analiza la posibilidad de utilizar a las langostas para olfatear explosivos antes de que ocurra una tragedia.
Investigadores de la Universidad de Washington en St. Louis, están entrenando y equipando a los insectos, particularmente a las langostas, con sistemas de avanzada tecnología para detectar estos peligros.
«Cyborg Insectos»
El profesor Baranidharan Raman dirige un equipo de especialistas en la institución educativa que pronto podría culminar con resultados sorprendentes. La investigación se centra en los procesos de los insectos para oler. Él y sus colegas han descubierto que las langostas pueden identificar un olor en específico aún cuando hay otras escénicas en el ambiente.
«¿Por qué reinventar la rueda? ¿Por qué no aprovechar las ventajas de la solución biológica?”, dijo Raman. “Si nos fijamos en la antena de los insectos, donde se encuentran sus sensores químicos, hay varios cientos de miles de sensores y de una variedad de tipos”.
Por esta razón Raman cree que los cyborg insectos serán mucho más eficaces que los robots.
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Para lograr su objetivo y convertir langostas ordinarias en máquinas detectoras de bombas, el equipo de investigadores planea implantar un electrodo en el cerebro de dichos insectos para suplantar sus antenas y poder leer o interpretar los estímulos eléctricos.
Para que los expertos logren obtener toda la información que los insectos registren también están creando un pequeña mochila que transmita los datos coleccionados por los sensores.
Las langostas tendrán una pequeña luz LED. El color rojo se encenderá ante la presencia de algún explosivo, mientras que el color verde brillará ante la ausencia del mismo.
Por último, los investigadores también tatuarán las alas de los insectos con seda biocompatible que puede convertir la luz en calor. Un láser, probablemente instalado en la mochila, permitirá al operador controlar el insecto cyborg; o sea, si dirige la luz al a la izquierda, el animal caminará hacia esa misma dirección y viceversa.
Raman ya ha recibido fondos de 750 mil dólares por parte de la Oficina de Investigación Naval de Estados Unidos para lograr su meta en un plazo de tres años.